04 de diciembre del 2020.- Estados Unidos registró ayer jueves 2,907 nuevos muertos y otros 210,962 contagios por covid-19, según el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins
Los funcionarios de salud pública advirtieron que los viajes realizados hace una semana por el Día de Acción de Gracias por millones de estadounidenses pueden haber causado “un brote dentro del brote”, en palabras del muy respetado inmunólogo Anthony Fauci.
Estados Unidos, que enfrenta un espectacular repunte de la epidemia desde hace varias semanas, ya había cruzado el listón de 200,000 nuevos casos dos veces en el último mes, pero nunca tanto como este jueves.
Desde hace dos semanas, Estados Unidos ha vuelto a cruzar con regularidad la barrera de las 2,000 muertes diarias, como en la primavera boreal, en el apogeo de la primera ola de la epidemia, que nunca ha caído realmente en el país. Y no se vislumbra ninguna mejora a corto plazo.
El número de personas hospitalizadas por covid-19 continúa creciendo, superando las 100,000 el miércoles por primera vez desde el inicio de la pandemia.
Las hospitalizaciones están aumentando notablemente en los cuatro estados más poblados del país (California, Florida, Nueva York y Texas), señala el Covid Tracking Project. Estados Unidos, que es el país más afectado por la pandemia en números absolutos, registra más de 14.1 millones de casos y de 276,000 muertes.
El gobernador de California, Gavin Newsom, anunció este jueves una serie de líneas rojas sanitarias que, de ser cruzadas, gatillarán la imposición de restricciones en el estado. “La ocupación de nuestras camas de terapia intensiva está aumentando rápidamente y se acerca al límite de su capacidad. Nuestra tasa de mortalidad está aumentando”, indicó el gobernador a la hora de comunicar la decisión.
En concreto, el criterio lo dará la cantidad de camas de terapia intensiva que cada región del estado tenga disponibles. De ser esta inferior al 15 por ciento se impondrán las medidas por tres semanas.
En una serie de tuits, el funcionario especificó que no serán alcanzados por la decisión los siguientes sectores: “Las escuelas que ya están abiertas; la infraestructura crítica; los comercios minoristas (que no obstante deberán operar a un 20 por ciento de su capacidad)”. Los restaurantes, en tanto, volverán a cerrar sus puertas y trabajar entregando comida a domicilio o en la puerta de su local.
En contraste, los “bares, locales de vinos, de servicios personales, peluquerías y salones de belleza” deberán permanecer cerrados. Todo transporte considerado no esencial ha sido temporalmente restringido.
El gobernador aclaró que ninguna región está actualmente alcanzada por las medidas. No obstante, y al igual que sucede en prácticamente la totalidad del país norteamericano, los casos de COVID-19 continúan creciendo y los indicadores sugieren que continuará haciéndolo.
“Si no actuamos ahora, el sistema hospitalario de California se verá abrumado y nuestra tasa de mortalidad continuará creciendo. Estamos aplicando un freno de emergencia”, graficó Newsom en una entrevista con un medio local.
California es el segundo estado más afectado por la pandemia del país norteamericano en términos nominales, solo después de Texas. Según el sitio especializado de estadísticas Worldometers, registra al jueves casi 1,28 millones de casos positivos y 19,500 muertes. El 2 de diciembre reportó más de 18,000 nuevas infecciones y 120 decesos.