Sexenios van y vienen, donde en todos ellos se dice y comenta del apoyo a formar nuevas empresas para aminorar el número de desempleados en el territorio nacional, sin embargo, de poco han servido los dichos de pasadas voces que, cual sirenas, encantaban con sus famélicos cantos a los presentes durante los actos de protocolo, arrebatando los aplausos por compromiso y el convencimiento momentáneo del momento para estar «ad oc» compartiendo el tiempo -espacio con el selecto grupo de bendecidos momentáneos invitados a un festejo demagógico donde el orador protagonizaba una serie de promesas que a final de cuentas slo servían para imprimir sus dichos en periódicos y ser mostrados en medios electrónicos. El encanto terminaba cuando un iluso convencido de semejante argumento presidencilista decidía intentar montar una microempresa, se topaba con una serie de carencias, tropiesos y murallas que le impedían desarrollar su idea; desde el simple hecho de buscar los fondos económicos prometidos por el presidente en turno y que según este «ya giraba instrucciones» para que los encargados de despachos aportadores de fuentes de efectivo «facilitaran» la creación , era todo lo contrario. Pedimentos absurdos como estados de cuentas bancarios, para alguien que apenas va a iniciar o a emprender un negocio por primera vez en su vida, dejar en garantía un bien raiz superior al monto solicitado, hacer un proyecto económico- industrial del negocio a realizar, donde se piden una y mil fórmulas economistas y que muy pocos pueden formular, por lo tanto hay que pagar por ellos, dieron al traste con la ilusión de miles de jóvenes y adultos contemporáneos, en edades productivas, para llevar a cabo la realización de sus sueños empresariales, tristemente recordaremos por siempre, aquella simplona «mafufada» Foxista de «crear changarros» para que el sector popular pudiera realizar su «sueño» de vender tamales, pozole y fritangas…eso simplemente cayó estrepitosamente como piedras en el agua, iles de pesos se perdieron en la turbedad de los apoyos y finalmente, como ya se sabe, esos dineros fueron irrecuperables , los que se dieron a la gente, y lo demás, fue a dar a «manos familiares» de la pareja presidencial Fox -Shagún, ésto sólo para hacer memoria de lago en particular, porque a muchas administraciones pasadas se les puede remembrar su hechos.
Ahora que es un nuevo sexenio, y que las experiencias pasadas supuestamente han dado la pauta para lograr un mejor desarrollo, el nuevo gobierno federal que encabeza Enrique Peña Nieto toma una desición que para muchs puede ser osada, para otros, se vislumbra como una oportunidad de desarrollo personal y autoempleo: apoyar el empredidurismo. En México, el factor educacional ha sufrido muchos cambios en el factor de estudios extraescolares, desafortunadamente la educación que se imparte en niveles de secundaria, preparatoria y licenciatura, carecen de la impartición de áreas básicas y fundametnales para fomentar la cultura del trabajo, desarrollo de ideas y un factor muy importante: el desarrollo humano, donde se motiva a despertar el potencial personal en aras de un progreso. Este tipo de información y desarrollos, se vienen fomentando de unos cuantos años a la fecha por parte de nobles instituciones como el Instituto Politécnico Nacional y varias casas de estudios, los cuales funcionan como incubadoras de proyectos esperando encontrar el recurso y momento para surgir como verdaderas oportunidades de desarrollo, empleo y fuentes económicas, que hasta el momento, en poco número se cuentan logros y aciertos, pues al salir al medio hambiente comercial común, muchas son deboradas literalmente por comercios ya existentes, emulando a crías de granjas acuicolas soltándolas en lagos y mares…sirven de comida para los grandes; hasta ahi quedaron los sueños y esfuerzos.
En días pasados, Enrique Peña Nieto firmó el decreto para la creación del Instituto Nacional del Emprendedor, dependiente de la Secretaría de Economía y que tendrá a Enrique Jacob Rocha, Subsecretario para la Pequeña y Mediana Empresa de la Secretaría de Economía, confirmó que el fondo para la pequeña y mediana empresa (Fondo PYME) impulsado en la administración anterior, debe cambiar sus reglas, por lo que planteó dejar en el bote de basura su reglamentación anterior para impulsar el financiamiento a pequeñas y medianas empresas, el financiamiento en etapa temprana al emprendedurismo e impulsar la innovación de una manera mucho más transparente.
Las reglas anteriores eran las que se venían arrastrando desde hace varios sexenios, las cuales ponían literalmnte una lápida a todo aquel que intentara desarrollar una empresa por medio de Fondo PYME. Celebramos con gusto el que ahora miles de emprendedores a nivel nacional, podrán ver un mejor panorama, al menos , de lo que anteriormente se vislumbraba. El autoempleo y fomento empresarial solamente se logra con un apoyo feaciente, real y humano por parte de las autoridades, en esta caso Enrique Peña Nieto, seguramente sabe o ha estado en el medio de los emprendedores y sabe por ende las enormes dificultades que se tienen que sortear para lograr una meta de ese nivel, ojalá pronto se den resultados en aras de una mejora económica que tanto necesita la casi extinta clase media, pues generalmente este sector social era en otros tiempos , los comerciantes y miniempresarios que sustentaban grandes aportes fiscales y laborales en el territorio nacional; solo bastaron doce años y en los últimos seis , para dejarlos a punto de extinsión. Ahora, atinadamente se ve una mejora en este sector, la esperanza de que sea mejor no solo queda en el discurs ni en la placa que se devela al inaugirar este Insttuto del Emprendedor, lo veremos en su funcionalidad y resultados, esperando, realmente en aras de un hecho verídico, sea relaidad para tantos que han padecido el ir de una financiera a otra con un proyecto en papel gastado a causa de este trajinar. de verdad se desea factibilidad y veracidad, en vez de «cantos de sirena».