Columna Política «La Feria», Sr. López (16-X-2020).- Cuando murió tío Celso, su viuda, tía Rita, y sus cinco hijos, tres señoritas y dos hombres, lo lloraron sinceramente. Era una familia muy unida. Tío Celso había levantado a pulso una gran ferretería que lo hizo poquito más que rico y para mala suerte de viuda e hijos, en su testamento, el tío dispuso que todos juntos administraran el negocio, tomando las decisiones por votación. Aquello acabó en pleito a navaja libre. En tres años quebraron y no hubo Dios que los reconciliara jamás. ¡Ay, tío Celso!
Antier, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, otorgó el registro como nuevos partidos políticos nacionales, a tres organizaciones aunque realmente solo dos sean nuevas: Redes Sociales Progresistas y Fuerza Social por México, porque la tercera, Partido Encuentro Solidario, es el anterior Partido Encuentro Social que perdió el registro por los pocos votos obtenidos en 2018 y se recicló de inmediato.
El INE no había aprobado esos registros ni los de México Libre (de Margarita Zavala), Fundación Alternativa (César Augusto Santiago, el sabio de la alquimia electoral mexicana, expriista); Súmate a Nosotros (Manuel Espino, afamado expanista), así como a Grupo Social Promotor de México (de Alfonso Cepeda, secretario general de SNTE, que creyó podía pasarse de listo dos veces). El TEPJF, ratificó la negativa de registro a estas cuatro organizaciones.
Sin mala intención, con todo respeto, como diría ya sabe quién, es peculiar cómo toma decisiones el TEPJF: si al partido liderado por la señora Zavala lo poncharon por tener un millón 200 mil pesos de aportaciones sin identificar (aunque estén identificadas, hechas mediante depósitos bancarios y sean verificables), a Fuerza Social por México (de Pedro Haces), le otorgaron el registro aunque no identificó quiénes le aportaron 6 millones 800 mil pesos (casi seis veces lo que le achacaron a México Libre), con la diferencia de que Fuerza Social por México, pone tuits en los que sin rubores de quinceañera, dice que apoya la ‘Cuarta Transformación’, que “caminarán con el presidente” o “seremos aliados permanentes de Andrés Manuel López Obrador” (será por eso; y ya en estas, mencionemos que el otro partido aprobado, el novísimo Partido Encuentro Solidario, formó parte de la coalición de Andrés Manuel López Obrador, ‘Juntos Haremos Historia’, y declara gallardamente que “seguirán siendo aliados cercanos del presidente”).
Entonces quedamos claros: por pura coincidencia, por esas cosas raras de la vida, dejan fuera de la competencia electoral al partido de la señora Zavala, esposa del expresidente Calderón; reconocen a Redes Sociales Progresistas, que no se declara opositor al presidente y a dos partidos abiertamente inclinados por el señor de Palacio.
Así las cosas, sin querer, por chiripa, le dieron un alegrón al Presidente, que se pone mal nomás de oír el nombre de doña Margarita. Bueno, allá ellos, en política a veces es mucho mejor reconocer al opositor y meterlo al juego con las reglas de todos conocidas, ya ve que luego, por sueltos, a su aire, dan mucha lata.
Y, otro detalle interesante que seguramente tomaron en cuenta y ya calcularon es que dejar fuera a México Libre refuerza al menos teóricamente, al PAN, partido que poco a poco adquiere el carácter de serio opositor al régimen. Cuidado don Andrés Manuel, luego es muy feo recordar aquello de ‘los muertos que vos matáis gozan de cabal salud’… pero, no se permita uno caer en el feo defecto de dar consejos no pedidos.
Como sea, ya sabemos que diez partidos nacionales tomarán parte en las elecciones del 2021 (hay no pocos locales): los tres recién aprobados y los siete que ya estaban: PRI, PRD, PVEM, Morena, PT, MC y PAN, anotados en riguroso orden respecto de su número de afiliados reconocido por el INE.
Para la contienda electoral del año próximo, en la que se juega la estabilidad del gobierno de la 4T, el Presidente llega sin partido, porque el suyo, el que fundó, se desmoronó irremediablemente y aunque mañana todos los integrantes de Morena eligieran al Presidente del partido por aclamación y entre abrazos cantaran el ‘Himno a la Alegría’, igual las cabezas de cada una de sus tribus seguirán trabajando cada una para sus intereses. Y la nominación de candidatos a los más o menos 3,500 cargos que se elegirán, será el momento de la ruptura definitiva entre clanes con las naturales consecuencias en las urnas.
Así es que cobran alguna importancia cuando menos dos de los nuevos partidos aprobados (el de Pedro Haces y el PES): ahí podrá sembrar el Presidente a algunos de sus candidatos para que la gente al votar ni se entere que está eligiendo a gente que después se supone estará a lo que disponga el señor de Palacio. Se supone, ya ve que conforme se acerca el fin de cada sexenio empiezan a pasar cosas raras, porque el supremo mandón ya se va y los que se quedan quieren algún confort y seguridad para después.
En olla aparte está el partido Redes Sociales Progresistas (RSP) porque ya tiene fuerza propia real, cuenta con gente muy preparada entre sus cuadros y su perspectiva de crecimiento es enorme en el sector magisterial en particular y en un descuidito, en el sindical en general, aparte de que su fundador en caso de apuro puede recurrir a los consejos de su suegra, una señora que sabe un poquito de política, Elba Esther Gordillo (centellas cruzan los cielos, retumban truenos y un coro de ángeles aplaca la naturaleza mientras el arcoíris abraza el horizonte de la nación: ¡doña Elba Esther!)… RSP puede ser el Cisne Negro, el hecho sorpresivo de gran impacto.
El Presidente piensa mucho en las elecciones del próximo año, su gobierno ahí se define; por narcisismo apostó a la atomización de fuerzas para que nadie le pise la sombra, seguro de controlar todo mangoneando medianías. Es su juego, él sabrá. Ojalá recordara eso de que el poder presidencial en México se diluye conforme se aproxima el final y los presidentes quedan como el que da la mano al convidado de piedra.