La Feria
Tira cómica
SR. LÓPEZ
Columna Política «La Feria», Sr. López (14-X-2020).- Con mucha pena acepta este su texto servidor, la imperdonable omisión de antier en que con inexcusable frivolidad, desperdició teclazos en asuntos nacionales de supuesta actualidad (la fatídica pandemia, la crisis de seguridad y económica, etc.), en vez de dedicar su atención a la importancia de la fecha: la conmemoración del descubrimiento de América, engarzada en la gesta presidencial en favor de los pueblos originarios, reconociendo que sus civilizaciones y culturas fueron arrasados por los conquistadores e insistiendo en la necesidad de que España y la iglesia católica se disculpen por las atrocidades que cometieron por acá.
En estos tiempos el planeta entero reconoce que los derechos humanos son indiscutibles; en estos tiempos los Estados se saben obligados a reparar los males que hayan causado en el pasado; en estos tiempos de la Cuarta Transformación, caracterizados por la congruencia absoluta entre el pensamiento de nuestro líder y sus actos, es perentorio que antes de llegar al próximo año, en que se cumple el quinto centenario de la conquista, se restauren los derechos indígenas y se restablezca en el país la situación en que se encontraba el territorio antes de la abominable depredación española que arrasó con los pueblos y se apropió violentamente de sus tesoros y territorios.
Ojalá y recapacite el Presidente en lo fácilmente que puede corregir todo esto, como ha hecho en otros asuntos: basta que convoque a una consulta nacional indígena, sin dejarse entrampar por criterios leguleyos, a fin de que ellos, los únicos habitantes de este territorio con derechos reales, respondan si están de acuerdo o se oponen a que se les devuelvan sus tierras y se les reconozca como única autoridad legítima, para que en apego a sus tradiciones y derecho autóctono, procedan a restaurar la situación a su estado original. Nunca es tarde para corregir.
El año próximo sería el de la transición hacia la justicia histórica. Seríamos ejemplo mundial. Sobra tiempo de aquí a diciembre para hacer realidad este anhelo nacional. No se debe temer que haya un periodo de desorden ni desconcierto. No es complicado. Se propone la siguiente guía básica:
1. Notificar a la ONU que el país deja de existir como se le conoce y recupera su integración original a cuyo fin, a la brevedad, los representantes indígenas realizarán las consultas que consideren para determinar conforme a sus usos y costumbres, si se mantiene la unidad del territorio actual o se divide en los reinos y señoríos previos a la invasión española.
2. Decretar la desaparición de la mal llamada nacionalidad mexicana y de las instituciones de gobierno actuales, impuestas por la fuerza. Solo los indígenas podrán formar parte del gobierno de los reinos y señoríos. Los habitantes del territorio que no sean descendientes puros de los pueblos originarios, se considerarán extranjeros, debiendo solicitar a los representantes indígenas la residencia legal en sus territorios y en caso de no obtenerla, contarán con un amplio plazo de un mes para abandonar a su costa el país con una muda de ropa, sin derecho a llevar consigo dinero ni riquezas, ni a reclamar el pago de los bienes que detenten en estas tierras, por ser todo resultado del saqueo sufrido por los indígenas.
3. Prohibición del uso de la lengua española.
4. Cancelación definitiva de la práctica de las religiones diferentes a las originarias, en particular la católica. Prohibición inmediata del culto a la llamada Virgen de Guadalupe, recuperando el de la Tonantzin. En un plazo no mayor a un año, deberán demolerse todos los templos de esas ficticias religiones extrañas, utilizando los materiales así obtenidos en reconstruir las pirámides y centros de culto auténticos.
5. Restauración de la pena de muerte y la antropofagia. Legalización de los sacrificios humanos garantes de la adecuada alimentación del Sol, dejando al libre acuerdo de los jefes de las tribus el mecanismo de suministro o intercambio de víctimas; a falta de tales acuerdos se reinstalarán las Guerras Floridas.
6. Proscripción de las leyes y códigos vigentes, todos de origen extranjero, implantados a la fuerza sin consentimiento ni consulta a los pobladores originarios, restaurando perentoriamente los imperantes antes de la invasión denominada conquista con particular énfasis en la pena capital a borrachos.
7. Reinstalación de la esclavitud bajo las modalidades originarias.
8. Las empresas o industrias de nacionales extranjeros, podrán continuar operando en los nuevos territorios, previa firma de los tributos que deberán enterar anualmente en plumas de quetzal, cacao o mujeres.
9. Los tratados internacionales firmados por la espuria república mexicana deberán someterse a la consideración de los pueblos originarios.
10. Recuperación de los territorios indebidamente vendidos a los Estados Unidos de América por falsos representantes de las naciones originarias, y de los cedidos de la ahora llamada Centroamérica.
Nota final.- Enviar a Austria una expedición armada de manera tradicional, a fin de recuperar el penacho de Moctezuma por la razón o por la fuerza.
Señor Presidente: habrá problemas y necios que se opongan a esta verdadera restauración patria. No importa, los emprendimientos nacionales valen eso y más.
Señor Presidente: ya deje de andar pidiendo que nos presenten disculpas guangas que nada cambian, no ande mandando a su señora esposa a hacer lo que le toca a usted; enfrente y asuma sus responsabilidades, no haga caso de los timoratos de siempre. Si algunos de los ahora llamados mexicanos se oponen, no haga caso, ni son mexicanos, son fifís conservadores.
Señor Presidente: si prueba de qué está hecho, si convoca a la consulta, si emite los decretos necesarios, sus seguidores lo van a aplaudir hasta reventarse las manos, sus legisladores quedarán afónicos de alabarlo, viendo cómo asegura con desinterés personal, sin dudas y definitivamente, su lugar en lo que le toca, que no es historia, sino historieta, tira cómica.