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Artículo de Fondo, Por Antonio TENORIO ADAME (21-IX-2020).- En el 210 Aniversario de su Independencia, México se encuentra en lucha por consumarla. Aunque se padece el torrente de las drogas malignas, ahora, los conflictos políticos se dirimen sin violencia política.
Una de las armas del choque político actual son las firmas recabadas para denunciar inconformidades, este es el firmamento político:
1. Desde el bando de la impugnación al presidente, se presentan 650 firmas de personalidades del encumbrado mundo del pensamiento y el arte, el México ilustrado;
2. Mientras que del frente de la indignación por la corrupción e impunidad se reúnen 2 millones 500 mil firmas pidiendo se juzguen a los presidentes malversadores del patrimonio nacional, presuntos responsables de delitos de lesa nación.
Esta confrontación no se basa en la estadística, aunque los números son reveladores, sino de examinar sus divergentes puntos de vista y su dilema de conciliación, se procura resaltar la realidad posible, tanto de Ilustrados como de Transformadores.
LA DENUNCIA de los ilustrados manifiesta su preocupación por el asedio a la libertad de expresión, el concepto rebela inquietud por inminentes actos por cometer aún. Así mismo, impugnan el discurso presidencial al considerarlo temerario, amenazante, excluyente y sancionador a la ilustración social que ve reducidos sus espacios de expresión.
Desde luego el relevo de pruebas se remite a la publicación de la denuncia de los ilustrados, su publicación fue posible sin persecución alguna. No fue así la suerte que corrió la edición del Plan de Iguala, cuya edición en 1821 fue en la clandestinidad, o el discurso de Belisario Domínguez realizado de igual manera gracias a la valiente nieta de Francisco Zarco en 1914. Los tiempos cambiaron y las formas también, en esas épocas los periódicos vivían de sus lectores.
Los ilustrados se preocupan por la democracia electoral, precisamente facilitadora de la alternancia tardía de la Transformación, pero no advierten del déficit de desigualdad que generó el sistema neoliberal.
Entre las firmas de los ilustrados figuran personas que perdieron su espacio editorial, pero no por persecución oficial, sino por decisión de la empresa editorial y entre las razones que motivan el reajuste de colaboraciones se encuentra la crisis provocada por falta de publicidad, dado que los medios impresos perdieron eficacia frente a la comunicación virtual.
Por otra parte, los recursos públicos dejaron de subsidiar a las empresas editoriales, así como la de brindarles la oportunidad de celebrar jugosos negocios, como El Financiero que obtuvo un crédito por cien millones de pesos.
No son pocos los medios que dejarán de circular, solo los que se sostengan con sus lectores saldrán adelante.
El asedio que sufren los ilustrados se encuentra en la estructura de la comunicación de las audiencias y no en el poder público.
LOS TRANSFORMADORES sorprendieron por su capacidad de recolección de dos millones y medio de firmas para solicitar a la Suprema Corte la legalidad de un plebiscito para el juicio a los ex presidentes de delitos de lesa nación.
Se advierte del riesgo de afectar el sistema jurídico al politizarlo, pero se olvida como ya fue dañado por la transmutación del sistema oral al testimonial o la disolución de la Corte por el presidente Zedillo, en 1996, ha causado reveses a la aplicación de justicia.
La corrupción oficial no es la única causa de obstaculizar el desarrollo del país, pero si motiva su origen y estimula su aplicación, como fue el desmantelamiento de Pemex que dio lugar a su malversada privatización, la extranjerización de la banca con la pérdida de financiamiento empresarial, y en especial, la asimilación de la nación a los Estados Unidos, con el Tratado comercial con desventajas asimétricas y estructurales que afectaron la cadena de producción industrial y la seguridad alimentaria, así como la exclusión territorial de la mitad sur del país de dicho proyecto.
El proyecto de asimilación subordinada a Estados Unidos dio por resultado la precarización de la ocupación laboral, dos terceras partes de los empleos son informales; además el aumento acumulativo de la desigualdad, dio lugar a que seis de las personas más acaudaladas, concentran mayor riqueza que la mitad de la población, 62.5 millones, quienes viven en la pobreza; la dependencia alimentaria se incrementó a 8 millones en importación de alimentos.
Estos son, entre otros, los problemas no resueltos por la democracia electoral; solo se mejoró la certidumbre de los resultados y ahora se ofrece la supresión definitiva del fraude en los comicios.
Cuando los ilustrados pugnan por mantener la democracia electoral, ahora la lucha de los transformadores es por la democracia equitativa al enriquecerla para cubrir su déficit social que es la igualdad.
Aristóteles se pronunció por la democracia al servicio de los pobres para evitar la desigualdad y a la vez procuraba la presencia de los ricos para evitar su exclusión y favorecer la integración social.
Es hora de contribuir a mejorar la formación de un México democrático. ¿Qué piensan?
