Columna Política «La feria», Sr. López (09-III-2020).- Sabido es que este menda fue educado con una versión ligeramente modificada del Método Montessori (el Sistema Pedagógico Auschwitz… muy efectivo). Si no era uno deficiente mental, desde el destete aprendía a observar a los ‘grandes’ con cara de jugador de póker, sin permitir se sospechara lo que pensaba uno, y a no preguntar nada. Por eso, hasta ya grande su texto servidor, supo la razón por la cual tío Fernando (del lado materno), era un proscrito que nadie trataba. Resulta que el tío ése tenía la manía de darle a todo mundo por su lado y así, sacar raja a su favor. Lo toleraron largos años, aunque se sabía que a los varones, todos masones y sin bautizar (¡en Toluca!) les decía que Juárez y las leyes de Reforma eran una maravilla; y con las señoras, todas de la vela perpetua, rezaba el rosario a rodilla. Con los señores hacía negocios, con las damas conseguía herencias. Y ahí iba el tío hasta que una tristísima Navidad, se supo que él le había dicho a la abuela Virgen (la de los siete embarazos), que su bacalao a la vizcaína y sus romeritos eran insuperables y a tía Beatriz (hermana mayor de la abuela), le había dicho lo mismo, en razón de lo cual ambas se negaron a cocinar nada ese año terrible (la abuela siempre hacía el bacalao, la tía los romeritos), y para la familia esa fue la gota que derramó el vaso: ostracismo, cancelación de tratos y cambios de testamentos. Tanto va el cántaro al pozo…
Será mañana cuando este inclemente tecleador comente algo sobre los sucesos del fin de semana y el lunes, cuando ya hayan pasado, ‘cadena’, marcha y paro nacional de mujeres.
Por lo pronto anticipo a usted que nuestro gobierno federal y Presidente, están dando, siguen dando, una en el clavo y cien en la herradura, no solo en el movimiento de las mujeres, sino en economía, las inmensas y ruinosas obras de infraestructura, los absurdos programas clientelares que drenan centenares de miles de millones de pesos al erario, los exiguos recursos asignados al campo, la cancelación de guarderías y refugios para mujeres golpeadas y varias cosas más, todas graves.
Aparte y de mayores consecuencias: comprometerse públicamente con los grandes inversionistas en asuntos tan concretos como NO cancelar la construcción del aeropuerto en Texcoco, para luego detener las obras y perder la confianza de los inversionistas, nacionales y extranjeros. Insistir en que seguirán los contratos privados en Pemex y en la práctica, suspenderlos.
Si no fueran tan patéticos, serían cómicos los esfuerzos del jueves pasado, de las señoras que trabajan en su gobierno, para convencer a México, que las mujeres protestan contra la violencia y no contra el Presidente, como afirmó con vehemencia la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, sin recapacitar que plantearlo así, ratifica que es precisamente un reclamo legítimo contra él y su gobierno, porque las mujeres no están protestando por estúpidas o caprichudas, ni sobre algo intrascendente. Ellas no piden al gobierno que desaparezca la violencia que sufren, exigen que no haya impunidad, que se imponga la ley a quienes las acosan, secuestran, golpean, violan, matan o bañan de ácido.
Si el pasado 14 de febrero las puertas de Palacio Nacional se hubieran abierto a las mujeres que se manifestaban, rabiosamente (¿o se puede protestar serenamente por crímenes tan horrendos?), esto no hubiera tomado el rumbo en que va: al incendio social.
Si en vez de insistir en hablar de la rifa del avión, de pedirles que se portaran bien, que no le pintaran las paredes, que se pusieran listas porque las estaban manipulando los ‘conservadores’ (?), si no las tratara con una insultante sonrisa complaciente de patrón comprensivo, sino con la seriedad del caso, viéndolas a la cara, como lo que son: personas inteligentes portadoras de un muy legítimo reclamo; si las hubiera recibido y escuchado el tiempo que hiciera falta, asumiendo responsabilidades, comprometiéndose y dando las órdenes pertinentes, no estaría el aparato del gobierno federal, tratando de contener algo que tiene trazas de incontenible.
Si ese malhadado día nuestro Presidente hubiera pedido que ellas nombraran a sus representantes ante una fiscalía especial, con cuantas sedes estatales hicieran falta; si hubiera convocado a un foro nacional con gobernadores y ellas, para replicar esa fiscalía en todo el país… Sí, es cierto, tanto ‘si’, prueba tanto ‘no’. El ‘si’ en la vida y en especial en los asuntos de gobierno, no existe.
Este pasado viernes en su conferencia de prensa tempranera, alguien preguntó al Presidente si era feminista y retrucó que es humanista; añadió una buena explicación… pero del todo inadecuada ante los acontecimientos. No era momento de recordar lo que es la Cuarta Transformación, ni que lo principal es la igualdad social, era momento de definirse y pedir con toda seriedad que al término del paro, las mujeres nombraran una comisión de representantes (¿cuántas?… 10, 50, las que sean), para entender y atender. No, el Presidente defendió su postura, sin anunciar alguna medida que serene los ánimos, que dé esperanza a tantos miles de mujeres y niños, que viven en riesgo real todos los días, que no son protegidas por un sólido aparato oficial.
Los movimientos sociales mueren de dos maneras: al tener éxito, pues ya no hay razón para seguir; o al fracasar, pues se disipan y reducen a su núcleo duro, volviendo incansablemente a crecer, en una marea que termina por lograr sus objetivos.
Sin necesidad de ser sabio, pidiendo a algún colaborador un par de cuartillas sobre lo que han probado que son capaces de hacer las mujeres, esto se lo toma en serio, muy en serio.
Los gobernantes que desprecian o apuestan a controlar los movimientos sociales de mujeres y feministas (en todas sus presentaciones), son atropellados por la realidad y propician que -sí, por supuesto, es política-, se infiltren oportunistas… ¿y sabe qué?, si es el precio a pagar por terminar con injusticias de siglos y abusos c