El respeto para Michoacán

Por Noemí Avilés.-
Doscientas cuarenta y cinco marchas en Morelia en lo que va del año. Esta cifra rebasa cualquier expectativa de tranquilidad o satisfacción por parte de la sociedad. Apreciación comparable con la imagen de la ciudad a nivel turístico.
Este señalamiento no apela a la represión en ninguna de sus manifestaciones. No es la intensión de estas líneas demandar al gobierno estatal la detención de los que se manifiestan, al contrario. El dialogo es sin duda el exhorto. Un intercambio de ideas en las que se negocie la solución que mejor responda a las necesidades de la mayoría.
Sabemos por ejemplo, que el mes que concluyó, la dicotomía entre la disminución de las marchas y plantones baja, en tanto el bloqueo de vialidades sube como espuma. Al parecer, el gobierno de Fausto Vallejo ha entendido el mensaje de la turba humana desaforada por la censura. Eso es bueno, finalmente el gobernador aprende a ser político, de la vieja escuela priísta, pero mejora en su entendido de gobernabilidad y la sutileza que se requiere para tutelar la administración de este estado.
Estadísticas proporcionadas por la Dirección de Gobernación perteneciente a la Secretaría de Gobierno de la administración estatal, indican que de enero a noviembre del presente año se han realizado 245 marchas; el año pasado fueron 187, un poco más que  el 2010, 163. Esto ya nos habla de un alza importante que se debe atender sin violencia.
Morelia, Michoacán, nuestro terruño merece un poco de tranquilidad y libre manifestación de las ideas que buscan, por lo menos, ser escuchadas. En materia económica, estos números exigen una administración incluyente y dialogal. Supongo que eso es respeto.