El juego de ponerse límites a sí mismos
es uno de los secretos placeres de la vida.
Gilbert Keith Chesterton
Columna Política «Palabras Más», Por Arturo Suarez Ramírez / @arturosuarez (16-I-2020).-
Estimados amigos gracias por su compañía. Hace unos días en una charla de café con un viejo político del PRI, le planteaba la realidad que enorgullece al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, cuando dice que sus adversarios están “moralmente derrotados”, no tienen una pizca de credibilidad, ni mucho menos liderazgos que puedan restituir un poco de lo que fueron.
La crisis en la que se encuentran sumidos los partidos políticos como el PRI, PAN, PRD y los otros es evidente y ganada a pulso por las cúpulas, por su ineptitud, avaricia, falta de empatía con sus militantes y perpetuarse en el poder, anquilosarse, no renovarse y no son opción para la mayoría de las nuevas generaciones, para muchos son sinónimos de corrupción.
Desde el lejano año de 1993 luego de la catástrofe del gobierno salinista, el PRI buscaba una renovación de nombre y de imagen, querían cambiar con una estrategia mediática las décadas de malos gobiernos, devaluaciones, trampas y corruptelas, con todo y todo les aguantó hasta el 2000 cuando Vicente Fox llegó a Los Pinos. Doce años después con el empujón de una guerra y un reguero de muertos que dejo el PAN, le dieron una lavada de cara y se presentaron como el nuevo PRI y el electorado se los compró.
Hicieron de Enrique Peña Nieto un telepresidente y le construyeron una historia de telenovela, pero como todo bodrio del “canal de las estrellas” se desmoronó. El nuevo PRI había fracasado porque estos, los nuevos que en realidad eran los mismos de siempre, resultaron voraces depredadores y más corruptos que sus predecesores. Hoy algunos de esos próceres de la democracia priista se encuentran procesados o prófugos, y claro Peña Nieto y sus cercanos intocables porque López Obrador terminó siendo protector de la mafia del poder.
En pleno 2020, el PRI discutirá si le cambian el nombre al partido y la imagen con miras a la elección intermedia del 2021, sin embargo, eso no será suficiente, no les alcanzará para nada si conservan los apellidos, las viejas prácticas y a los dinosaurios que viven añorando lo que fueron, esos tiempos ya no regresarán.
La vida partidista se está agotando, las viejas generaciones entienden a los partidos como entes corruptos que benefician a unos cuantos y ahí está la historia, mientras que las nuevas generaciones se muestran desinteresadas en pertenecer a un instituto de estos, si a eso le sumamos la falta de cuadros y liderazgos en todos los frentes nos da una proyección negativa.
Por si fuera poco, Morena va por la reducción del presupuesto para los partidos y los procesos electorales, lo que les complica más las cosas y que bueno. Los partidos se enfrentan a la selección natural, o se adaptan a la nueva sociedad y gobierno, o terminarán por desaparecer.
Insisto… ¿Cuál oposición?
Entre Palabras
En estos días sabremos si Genaro García Luna se declara culpable en EU, con ello se desmorona el sueño guajiro de los Calderón de regresar al poder.
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Muchas gracias y hasta la próxima.