Morelia, Mich., 14 de noviembre de 2019.- Cada invierno, Michoacán recibe al pelícano borregón, procedente de Canadá y Estados Unidos, que busca climas más benignos para resguardarse de las bajas temperaturas ambientales.
En grupos que pueden sumar hasta 3 mil 500 ejemplares, los pelícanos, llamados borregones por la blancura y abundancia de sus plumajes, que a la distancia recuerdan a un rebaño de borregos, vuelan 500 kilómetros diarios a una altura superior a los 3 mil metros, una migración que se lleva a cabo entre los meses de noviembre y abril, detalló la Secretaría de Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Territorial (Semaccdet).
El lago de Chapala, ubicado en los estados de Michoacán y Jalisco, es el sitio donde arriban estas aves, si bien es la isla de Petatán, aledaña al municipio de Cojumatlán de Régules, su lugar predilecto.
Alta disponibilidad de mojarras y carpas, así como la existencia de comercios que generan desechos de pescado, garantizan a los pelícanos suficiente alimento, en tanto que el clima propio del humedal favorece la permanencia de las poblaciones.
Hasta 20 mil aves se concentran en la zona durante la estación fría, lo que se ha posicionado como uno de los fenómenos migratorios emblemáticos de la entidad, a la par con la mariposa monarca y la tortuga marina, por su importancia ecológica, su valor como atractivo turístico y la belleza de las estampas que recrea.
Actualmente, el pelícano blanco americano está protegido por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), por el deterioro de su hábitat, los humedales, a causa de la urbanización, la expansión de la frontera agrícola, el cambio irregular del uso del suelo y el calentamiento global.
Su supervivencia, fundamentada en la preservación de su entorno y la disponibilidad de los peces que le sirven como alimento, es fundamental para mantener el equilibrio ecológico y la sustentabilidad de las comunidades aledañas, que desde épocas ancestrales se han dedicado a la pesca.