Columna Política «Ensalada de Grillos», Por Ciro Castillo (27-VIII-19).- Estamos a unos cuantos días de que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, presente su primer informe de gobierno al Congreso de la Unión.
La titular de Gobernación, Olga Sánchez Cordero será quien acuda a entregar un documento al Congreso de la Unión, algo muy distinto al mensaje político que el mandatario enviará por su lado a los mexicanos; así lo hicieron sus antecesores más recientes, y así lo hará el tabasqueño.
Es seguro, y así se puede ver ya en los spots que se transmiten vía redes sociales, mediante la televisión y la radio, que será un mensaje triunfalista.
La puesta en venta y no uso del avión presidencial ni de los helicópteros oficiales, al menos no por el Presidente; la reducción salarial del Presidente y los funcionarios de primera línea; la reducción a la mitad del gasto en medios; la eliminación de las pensiones para los ex presidentes; la entrega “directa” de los distintos programas sociales.
Es más que obvio que el discurso estará dirigido a quienes confiaron en él y lo llevaron a la Presidencia de la República en julio del año pasado.
Los que no votaron por el mandatario mexicano no querrán ni escucharlo. Si se toman el tiempo, será para tratar de encontrar sus hierros para luego expresar su descontento, de boca en boca o mediante las “benditas redes sociales”. El tiempo vuela…
“EL COMANDANTE BOROLAS”
Uno de los fracasos del gobierno mexicano de la Cuarta Transformación es el tema de la seguridad.
Aunque todos los días se lleva a cabo una mesa de seguridad y se ha puesto en marcha, “a la carrera”, la Guardia Nacional, las cifras de inseguridad indican que éstas continúan hacia arriba.
La sociedad se siente más insegura en las calles, cuando acude a los bancos, cuando viaja por carretera y lo que es peor, en sus propios hogares.
Solamente algunas entidades se salvan de las elevadas cifras, aunque ello no implica tirar confeti: Yucatán, Campeche y Chiapas. Las demás viven con el Jesús en la boca y la gente se ha tenido que acostumbrar a convivir con la violencia.
El mandatario mexicano Andrés Manuel López Obrador ha aceptado que en esta materia no se ha logrado tener éxito; sin embargo, se ha dedicado a acusar a sus antecesores por haber dejado un reguero de sangre.
Particularmente, ha señalado al ex presidente panista, Felipe Calderón Hinojosa, por haber dato un “garrotazo a lo tonto” al avispero. Lo último que hizo fue calificar al ex mandatario, quien el día que le declaró la guerra al narcotráfico se vistió como militar. Lo rebautizó como “El Comandante Borolas”…
CLAROSCUROS EN EL COMBATE A LA CORRUPCIÓN
Uno de los temas que el mandatario mexicano trata siempre de posicionar en la mente de sus seguidores y de la población en general tiene que ver con el combate a la corrupción.
Él asegura que si el Presidente y los funcionarios de primer nivel se portan bien, los de abajo, incluyendo al pueblo, también se portarán de la misma forma.
Hasta ahora no se ha destapado ningún escándalo de corrupción en la Cuarta Transformación, salvo algunos señalamientos como el que le costó el cargo al delegado de programas federales en Jalisco, Carlos Lomelí Bolaños, quien tuvo que presentar su renuncia. Por ese lado el tabasqueño puede presumir y lo presumirá.
Ahora bien, por el lado de sancionar a quienes él, dice, saquearon al país, no ha pasado nada extraordinario, salvo la detención de la ex titular de Sedesol, Rosario Robles Berlanga, cuyo caso podría empantanarse.
Es contradictorio, por un lado López Obrador machaca todos los días que la culpa de que México esté como esté es responsabilidad de los gobiernos priístas y panistas; sin embargo, por el otro no le ha tocado ni un pelo a los que le antecedieron.
Enrique Peña Nieto, por ejemplo, con quien Rosario Robles laboró, tiene novia nueva y hasta se da tiempo para exhibirse en redes sociales como un “buen bailador”, es decir, preocupado no está.
De Chiapas, mejor ni hablar. Manuel Velasco, sobre quien pesan una serie de señalamientos entre la opinión pública, sigue tan tranquilo como cuando era gobernador. El tiempo vuela…