Columna «Ensalada de Grillos» Por Ciro Castillo (26-VIII-19).- Enfundadas en la bandera de la autonomía, muchas de las universidades de México han estado siempre alejadas de la lupa de la transparencia y “navegando de muertito”; ahora atraviesan por una severa crisis económica que las tiene colapsadas o al borde del colapso.
Algunas instituciones han sido ocupadas, por décadas, por políticos que llegan recomendados y no tienen la más remota idea de lo que significa la educación universitaria. En el peor de los casos, las han visto como botín y trampolín político.
Las de Chiapas, llámese Universidad Autónoma de Chiapas (Unach), Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach) y Universidad Politécnica de Chiapas (UPCh), no cantan mal las rancheras.
Ahora, por ejemplo, la Unach tiene a un académico al frente y, a pesar de que tiene muchos conocimientos tiene pocas tablas políticas. De la Unicach y la Politécnica… mejor ni hablamos. Ya habrá tiempo para ello.
EN QUIEBRA, DICE INTEGRALIA
Un estudio presentado recientemente por Integralia Consultores explica que en medio de opacidad y posibles anomalías financieras, las 34 universidades estatales del país ponen en “vilo” la educación de casi un millón 200 mil estudiantes; las peorcitas son las de Veracruz y Morelos.
En conjunto, las 34 instituciones educativas recibieron en 2017 unos 108 mil 874 millones; sin embargo, por el crecimiento desordenado de la matrícula, las prestaciones para su personal presionadas por los sindicados y la nómina de docentes, están, literalmente, al borde del “despeñadero”.
El gobierno tiene en estas instituciones, donde sí se han despachado con la cuchara grande, nada que ver con la austeridad republicana que promueve la 4T, una bomba de tiempo que podría estallar si no las logra rescatar.
Dice Integralia, como una explicación de por qué la crisis, que las universidades estatales destinan hasta el 70.3.2% de sus ingresos al pago de salarios del personal docente, mientras que, en algunas instituciones, como la universidad de Morelos y la de Zacatecas, a ese rubro se destina más del 84% del presupuesto obtenido.
Súmele que desde el 2016 se les ha recortado el presupuesto y en 2017 se redujo drásticamente; las instituciones están haciendo “maromas” propias para hacer de dinero, aunque habría qué preguntarse, de qué tipo.
“… entre recursos federales, estatales y propios, las universidades estatales, en 2014, recibieron 114.8 mil millones de pesos; en 2015, 121.6 mil millones de pesos; mientras que en 2016 la cifra se redujo a 118.6 mil millones de pesos y en 2017, último año que toma en cuenta el documento, recibieron únicamente 108.8 mil millones.”
“En 2017, por ejemplo, las universidades recibieron de la federación 61 mil millones, equivalentes al 56% del total; 31.5 mil millones de recursos estatales, es decir, el 29%; así como 16.3 mil millones de pesos de ingresos propios o de otros rubros, es decir, el 15% del total”, agrega Integralia, empresa dirigida por Luis Carlos Ugalde, ex director del desaparecido INE.
LA UNACH ENTRE LAS QUE SE AHOGAN
Según Integralia, en 2017, el 70.3% del gasto fue destinado al pago de servicios personales, mientras que, en 2016, el gasto a ese rubro fue del 67.5%; en 2015, del 67.1%; y, en 2014, del 67.2%
Las universidades que más recursos erogaron para el pago de nómina fueron las de Zacatecas, con el 84.2% de sus recursos destinados a ese fin; la de Morelos, con el 84.3%; la de Chiapas, con el 81.6%; la de Coahuila, con el 81.5%; y la de Veracruz, con el 80.4%
Quiere decir, aunque Integralia no lo menciona, que las universidades fueron utilizadas para llenar la “nómina” de recomendados, con jugosos salarios, y ahora tienen el agua hasta el cuello.
No estaría de más que, por ejemplo, el rector de la Unach, Carlos Natarén Nandayapa, abriera la “caja de pandora” y explicara qué pasó en el pasado, para que no vaya a salir salpicado, sobre todo ahora que corre “el rumor” de que varias instituciones universitarias serían alcanzadas por el escándalo de la llamada “Estafa Maestra”, la cual ya tiene a Rosario Robles Berlanga en prisión.