18 de junio del 2019.- Pese a las disminución de las hostilidades en partes concretas de Yemen, como la alcanzada en la ciudad portuaria de Hodeida gracias al Acuerdo de Estocolmo, la violencia entre el gobierno y los hutíes continúa creciendo en otras partes del país, denunció este lunes ante el Consejo de Seguridad el Secretario General Adjunto de Asuntos Humanitarios de la ONU.Mark Lowcock destacó este lunes ante el Consejo de Seguridad que en la actualidad hay más de 30 frentes de combate abiertos en Yemen y que los incidentes violentos en el país han aumentado desde 2016.
“Yemen se está convirtiendo (en un país) más violento, no menos. El conflicto empeora, no mejora. Los combates han desplazado durante este año a más de 250.000 personas”.
Del mismo modo, mencionó el aumento de incidentes en los que fallecieron o resultaron heridos niños durante el último trimestre del año pasado y el primer trimestre de este año.
Lowcock también resaltó el “peligroso y condenable” incremento de ataques a Arabia Saudita y los ataques vía aérea en Saná y otros lugares de la nación árabe.
Una guerra sin ganadores
Acto seguido, dijo que la mayor parte de los yemeníes todavía vive en áreas controladas por los hutíes y sus aliados, pese a las decenas de miles de ataques de todo tipo sufridos desde el año 2016.
“La guerra no es solo es una brutalidad, sino que no se puede ganar. Todo el mundo está de acuerdo, al menos en sus declaraciones públicas, y sin embargo la lucha continúa.”
Los únicos resultados de la guerra, indicó, son que el 80% de la población, más de 24 millones de personas, necesitan ayuda y protección. Entre ellos, 10 millones precisan ayuda alimentaria para sobrevivir.
A esta situación se le han de añadir unos 600 incidentes mensuales que dañan o destruyen infraestructuras civiles; el ataque a más de 100 hospitales, centros de salud y escuelas durante el año pasado; que una cuarta parte de los niños no asisten a la escuela; que más de 3,3 millones de personas continúan en situación de desplazamiento; y que la economía está devastada, contrayéndose por lo menos un 40%.
PMA/Annabel SymingtonLos habitantes de la ciudad portuaria de Hodeida, en Yemen, han recibido vales del Programa Mundial de Alimentos que pueden canjear por alimentos. (Marzo de 2019)
Una economía devastada
Pese a ser la nación más pobre de la región, cuatro años atrás la economía de Yemen funcionaba, las instituciones públicas proveían servicios esenciales y la infraestructura básica alcanzaba a todo el país, recordó Lowcock.
“Todo eso se ha perdido”, continuó al indicar que el número de personas que requieren actualmente asistencia humanitaria es un 50% mayor que antes del inicio de la guerra y que, por primera vez, las evaluaciones de este año confirman la existencia de focos de hambruna en decenas de lugares en todo el país.
Añadió que la continuación del conflicto traerá más víctimas y el empeoramiento de las condiciones para los sobrevivientes. Para ilustrarlo, puso como ejemplo un estudio independiente encargado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo donde se estima que, de no detenerse las hostilidades para el año 2022, podría haber cerca de medio millón de fallecidos.
Menos víctimas en Hodeida
Por su parte, el enviado especial del Secretario General para Yemen señaló que desde la entrada en vigor del Acuerdo de Estocolmo en diciembre pasado las partes mantuvieron durante los últimos seis meses una reducción de la violencia en Hodeida, pese a los retrasos en la aplicación del pacto.
“Los enfrentamientos causaron más de 1300 víctimas civiles en la provincia durante los cinco meses anteriores al alto el fuego. En los cinco meses posteriores, el número de víctimas civiles se redujo en un 68%. Me sigue preocupando profundamente la constante violencia y las bajas civiles. Sin embargo, es evidente que la disminución general sigue beneficiando a la población de la ciudad y a la respuesta humanitaria”, apuntó Martin Griffiths.
Asimismo, informó que las partes del Comité de Coordinación del Redespliegue continuaron colaborando con el general Michel Lollesgard y trabajando “de manera constructiva” durante los últimos meses en las dos fases de las que consta el Acuerdo para la retirada de tropas de la ciudad portuaria de Hodeida y de los puertos de Salir y Ras Issa
En relación con otros aspectos del Acuerdo, manifestó que la situación militar y política en la ciudad de Taiz es “extremadamente compleja y frágil, en detrimento de la población”, y expresó su decepción por “a falta de progresos” en la implementación del intercambio de prisioneros y detenidos acordado en Estocolmo.
“Hago un llamamiento a las partes para que prioricen el intercambio de prisioneros de buena fe y demuestren la flexibilidad necesaria para que se convierta en realidad, en aras de la paz y de las miles de familias yemeníes que anhelan la reunificación y están sumamente decepcionadas por el hecho de que esto no haya ocurrido todavía”.
Finalmente, el director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos, David Beasley, denunció que la ayuda alimentaria proporcionada por las Naciones Unidas es desviada en zonas controladas por los hutíes “a expensas de los niños, las mujeres y los hombres hambrientos”.