03 de abril del 2019.- El uso de armas nucleares, ya sea intencionalmente, por accidente o por error de cálculo, es una de las mayores amenazas actuales para la paz y la seguridad internacionales. Las posibles consecuencias de una guerra nuclear serían globales y afectarán a todos los Estados. La revisión del Tratado de No Proliferación es una oportunidad de oro para garantizar una seguridad colectiva.
En un mundo definido más por la competencia que por la cooperación y por la adquisición de armas más que por la diplomacia, la amenaza del uso del arma nuclear es «la más alta de lo que ha habido en generaciones», advirtió este martes la alta representante para Asuntos de Desarme al Consejo de Seguridad.
Durante una reunión en apoyo al Tratado de No Proliferación, Izumi Nakamitsu explicó que el uso de armas nucleares, «ya sea intencionalmente, por accidente o por error de cálculo», es una de las mayores amenazas actuales para la paz y la seguridad internacionales.
Añadió que «las posibles consecuencias de una guerra nuclear serían globales y afectarían a todos los Estados”.
El Tratado de No Proliferación (TNP), que entró en vigor en 1970 y será sometido a una revisión histórica durante una Conferencia que se celebrará en 2020, representa el único compromiso multilateral y vinculante con el desarme de los Estados que oficialmente almacenan armas nucleares.
Su objetivo es prevenir la propagación de las armas nucleares, fomentar la cooperación en los usos pacíficos de la energía nuclear y promover el desarme en general y el nuclear, en particular.
Según Nakamitsu, el Tratado es ampliamente reconocido como «la piedra angular del régimen internacional de no proliferación y el fundamento esencial del desarme nuclear». Su papel como “pilar de nuestra seguridad colectiva es también un hecho aceptado «.
Del desarme a una peligrosa retórica
La encargada de la ONU para asuntos de desarme describió los dos pilares del Tratado, el desarme y la no proliferación, como «dos caras de la misma moneda» y agregó que «el retroceso en uno dará como resultado el retroceso en el otro».
Desafortunadamente, Nakamitsu citó varias amenazas a ese Tratado al comentar que existe una «retórica peligrosa» sobre el uso de armas nucleares. También comentó que existe una mayor dependencia de las bombas atómicas en las doctrinas de seguridad y que se han emprendido programas de modernización para hacer que las armas nucleares sean más rápidas, sigilosas y precisas.
La continuidad del TNP, que tiene una vigencia de casi medio siglo, no se puede dar por sentada y actualmente no hay ninguna reglamentación que reemplace el marco de desarme y control de armas que ha sido fundamental para la era posterior a la Guerra Fría.
Como el Tratado está bajo un mayor cuestionamiento un importante debate , la próxima Conferencia de Revisión en 2020 será un «momento decisivo», según la alta representante que indicó que la reunión puede, o bien resaltar las divisiones entre los Estados y plantear preguntas sobre su disposición a buscar la seguridad colectiva, o presentar «una oportunidad de oro”para obtener unos beneficios prácticos que aseguren la continuidad del Tratado.
Mayor cantidad de material nuclear en circulación
El director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Yukiya Amano, también informó al Consejo de Seguridad, recordando a los miembros el papel que desempeña ese organismo en la implementación del TNP y en la creación de un ambiente “propicio para la cooperación nuclear”.
También en cómo ayudar a los países en desarrollo a utilizar la energía nuclear con fines pacíficos.
Sin embargo, Amano dijo que el OIEA se enfrenta a varios desafíos, entre ellos el aumento constante de la cantidad de material nuclear en circulación, el número de instalaciones nucleares bajo las salvaguardias del OIEA (el sistema de inspección y verificación de los usos pacíficos de los materiales nucleares), y la continua presión sobre el presupuesto de la Agencia.
Amano informó al Consejo de que la supervisión de los programas nucleares de Irán y Corea del Norte, conocida oficialmente como la República Popular Democrática de Corea, se encuentra entre los principales temas de la agenda del OIEA.
Sobre Irán, señaló que está cumpliendo sus compromisos bajo el Plan Integral de Acción Conjunto, que cuentea con el respaldo de la ONU y cuyo futuro ha sido puesto en duda por la decisión de la administración de los Estados Unidos de retirarse del acuerdo.
Después de 2009, declaró, no ha habido «indicaciones creíbles” de que Irán lleve a cabo actividades que sean relevantes para el desarrollo de un dispositivo explosivo nuclear.
En cuanto a Corea del Norte, dijo que su programa nuclear se ha expandido significativamente durante la última década, realizando pruebas nucleares en cinco ocasiones distintas desde 2009, aunque desde hace poco no ha llevado a cabo ninguno.
Destacó que, sin inspectores dentro del país, el OIEA monitorea la situación utilizando herramientas como información de código abierto e imágenes satelitales.
El Consejo de Seguridad reafirma su apoyo al Tratado
En una declaración emitida después de la reunión, el Consejo de Seguridad reafirmó al Tratado de No Proliferación y el compromiso de avanzar en sus metas.
El Consejo señaló que sigue siendo “la piedra angular del régimen de no proliferación nuclear y el fundamento en la búsqueda del desarme nuclear y los usos pacíficos de la energía nuclear «.
Los miembros del Consejo acordaron que la Conferencia de Revisión del TNP de 2020 brindará una oportunidad para reafirmar inequívocamente el compromiso con el Tratado, una conmemoración de sus logros históricos y el fortalecimiento del régimen de desarme nuclear y no proliferación.