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Con organización comunitaria, Zirahuén resiste los embates de intereses privados

Por Gerardo Espinosa.-

La de Zirahuén, es la historia de un lago acosado. Un resolutivo presidencial que data de 1970 indica que la comunidad indígena es propietaria de las mil 222 hectáreas que cubren el espejo de agua del lago y sus anexos, por lo que desde hace 42 años han defendido hasta con la vida que todo tipo de intereses traten de despojarles de lo que aquí conocen como el “oro líquido”. A lo largo de estas décadas han empujado diversos tipos de actores que vienen a ofrecer “progreso” a cambio de la venta –siempre barata– de extensiones de tierra.

En 2006, año del arribo de la Otra Campaña a Zirahuén, en donde pernoctó una noche el Subcomandante Marcos, la lucha era para impedir la construcción en un terreno propiedad de la Organización Ramírez –consorcio dueño de salas cinematográficas– un club turístico con campo de golf y cabañas a la orilla del lago.

Aquella acción de resistencia desencadenó una persecución judicial en contra de Marcos Paz Calvillo y de Bulmaro Cuiriz Hurtado, quienes estuvieron presos en la cárcel de Pátzcuaro por seis días.

A seis años, la realidad es otra: por presiones y falsas promesas del gobierno de Felipe Calderón se construyó un camino hecho con adoquín y piedra que rodea todo el lago, lo que incentivó la venta de terrenos a pequeños propietarios, brotando la presencia de casas de veraneo; se desató el cambio de uso de suelo a manos de los aguacateros, cuyas huertas ya llegaron a las orillas mismas del lago, además del desmonte para dar paso al cultivo de maíz y árboles frutales.

“Quienes visitan el lago y admiran su belleza, así como su limpieza y claridad, desconocen todo el trabajo que existe detrás de esta imagen y cómo 14 comunidades a lo largo de dos décadas han trabajado incansablemente, y en forma organizada, para conservarlo tal y como se encuentra hasta la fecha”, destaca José Luis Mollineda Caro, coordinador asesor del Comité Regional para el Desarrollo de la Cuenca del Lago de Zirahuén (Codelazi).

Patrimonio natural vs progreso

La presión de grupos de interés económico ha generado graves daños en este patrimonio natural de los michoacanos: en la última década se han talado más de 2 mil hectáreas de bosques en lugares sumamente importantes de la cuenca, principalmente en lomeríos y montes, afectando las zonas de recarga de los mantos acuíferos y los arroyos que nutren al lago.

“El desmonte se hace durante el día en complicidad, en algunos casos, con los comisariados ejidales, y el acarreo de la madera se hace en la noche o la madrugada. Pareciera que a quienes compraron la tierra, el simple hecho de comprarla les autoriza a deforestarla. Así, el aguacate pasa a sustituir al bosque y aumenta el clandestinaje de la madera que contribuye a la deforestación, pues esta actividad alienta en gran medida el cambio de uso de suelo”, destaca un análisis efectuado por el Codelazi durante los 20 años de lucha de esta organización por preservar el lago de Zirahuén.

Otro factor que está presionando al lago son los incendios, en particular el que se registró entre abril y mayo de 2008, el cual afectó más de mil hectáreas en el Cerro Grande, en donde se localizan las comunidades de San Miguel Charahuén, Santa Clara y el propio Zirahuén. A esto hay que añadirle el azolve del lago, provocado por quienes han comprado terrenos y predios, ya que siembran a libre arbitrio todo tipo de cultivos, sin tomar en cuenta pendientes y la erodabilidad de los suelos. Por último, un factor más de daño es la extracción del agua del embalse, debido a la presencia cercana de huertas de aguacate y árboles frutales. Día a día el arribo de pipas e incluso la presencia de bombas que extraen el líquido está generando afectaciones al lago.

“Ante esta situación y la instalación de varias bombas para el mismo propósito, se hizo la denuncia ante la autoridad municipal (de Salvador Escalante) y la Comisión Nacional del Agua (Conagua) sin que se haya procedido conforme a la ley”, destaca Mollineda Caro.

Sólo en 2010 se contabilizaron más de 600 viajes con pipas de 10 mil litros, que se realizaron entre los meses de febrero y marzo.

A pesar de que el lago de Zirahuén es uno de los ecosistemas más jóvenes y conservados del estado y que posee una excelente calidad del agua, ha sufrido grandes abatimientos y deterioros en los pasados 20 años, lo que ha reducido en gran medida su transparencia y ha aumentado la concentración de sólidos suspendidos, problemas acentuados con la construcción de la nueva autopista a Uruapan.

En un principio Zirahuén era un lago oligotrófico, poco productivo, pero en la actualidad transita hacia la mesotrofia, lo cual indica que es un lago medianamente saludable. Esto es resultado del manejo que se le da a la cuenca; es decir, el avance de la deforestación, el pastoreo y el cambio de uso de suelo para labores agrícolas, lo cual provoca su deterioro.

La resistencia

Pese a estos escenarios, la comunidad hace sus esfuerzos de resistir contra el arribo, a toda costa, del “progreso”. Durante más de 35 años sólo dos hombres encabezaron los esfuerzos, Marcos Paz Calvillo y Bulmaro Cuiriz Hurtado. Ambos pertenecen a la Unión de Comuneros Emiliano Zapata (UCEZ), organización fundada por Efrén Capiz, que lucha desde hace décadas por la defensa de la tierra en Michoacán.

En Zirahuén también se posee un sistema de organización zapatista: en agosto de 2003, durante la celebración del encuentro de los Caracoles zapatistas, en Chiapas, se invitó a todo el movimiento indígena nacional a construir su derecho a la autonomía y a la autogestión.

Aquel año asistieron por la comunidad indígena Paz Calvillo y Cuiriz Hurtado, así como los integrantes de la organización pro zapatista Utopía. Después de las mesas de discusión, los comuneros del lago llegaron con un mensaje para la asamblea: “cualquiera puede construir su autonomía, sólo falta organizarnos”.

En este tenor y durante el 24 aniversario de la UCEZ dieron a conocer su decisión de crear el Caracol “Erupción en rebeldía del lago azul de Zirahuén”, único caracol zapatista que se encuentra fuera de Chiapas y que es reconocido por el EZLN.

Entre los objetivos que se plantearon en aquellos días, la comunidad resolvió en asamblea plenaria la creación del primer municipio autónomo en el estado de Michoacán y la organización de la primera Junta de Buen Gobierno, con representantes de la comunidad indígena de Zirahuén y sus anexos. A este esfuerzo se sumaron habitantes de San Miguel Charahuén, San Lázaro, Opopeo, Santa Clara, Chapa Viejo, Santa Rita, Irámuco, Irícuaro, La Palma y Santa Isabel, quienes se hermanaron con Zirahuén, Copándaro, Agua Verde y Santa Ana, para emprender trabajos autogetsivos de preservación y cuidado del lago.

Por esta razón, con el apoyo, o sin él, de las dependencias e instituciones gubernamentales, los comuneros han emprendido acciones de reforestación en más de 2 mil hectáreas, lo que ha permitido la infiltración de más de 9 mil metros cúbicos de agua, además de la edificación de infraestructura hidráulica para el control de avenidas mediante presas de gavión con piedra o geocostal, para retener más de 300 mil metros cúbicos de azolve.

Dicha convicción comunitaria es el esforzado trabajo que toda la comunidad de Zirahuén ha realizado por la restauración y conservación de sus recursos naturales desde hace mucho tiempo, razón por la cual este lago se cuenta entre los menos contaminados del país.

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