Por Gerardo Espinosa.
Morelia, Mich., noviembre del 2012.- A toro pasado, después del intento de asesinato al alcalde panista de Tanhuato, Gustavo Garibay, el gobierno priísta reconoce que las policías municipales son “presa fácil” de los intentos de cooptación por parte de los grupos criminales, ya que en su mayor parte estas fuerzas carecen de capacitación adecuada y de un real proceso de certificación, para poderlos dotar de armas y equipamiento necesario para desempeñar su labor.
De acuerdo al titular del Consejo Estatal de Seguridad, Armando Ballinas Mayés, fue la mala estrategia del gobierno en vías de extinción de Felipe Calderón, lo que provocó el desencadenamiento de la delincuencia y sus consecuencias en todo el país sorprendió al Estado mexicano en su conjunto, por lo que no estaba preparado para enfrentar el problema del crecimiento de la delincuencia organizada, y tomará tiempo contar con fuerzas de seguridad capaces y profesionales para enfrentar todos los fenómenos delictivos.
“El presidente Calderón le puso muchas ganas al asunto, se gastó mucho dinero en esta intentona y no ha tenido el éxito deseado, ya que la prueba la vemos todos los días aunque se quiera negar. Tan no funcionó, que siendo su tema número uno de la agenda, su partido perdió la elección presidencial, y es una prueba de que la mayoría de la gente no percibió avance en este asunto”, enfatizó Ballinas Mayés.
Entrevistado acerca de los estados que llevan los proceso de certificación y la aplicación de los exámenes del Centro de Evaluación y Control de Confianza, Ballinas Mayés destaca que a pesar de la problemática que enfrentan los municipios en materia de seguridad (recuerda los casos de Vista Hermosa y de Cherán), los procesos llevan buen camino, y en Michoacán hasta el 60 por ciento de los 4 mil elementos policiacos municipales ya aprobaron su examen.
–¿Que se ha hecho en el estado para contar con policías municipales efectivos?
–Estamos ante un problema nacional grave, delicado, serio, inédito y el Estado mexicano no estaba preparado para lo que nos está sucediendo. En las presidencias municipales, de hace pocos años, el compadre llegaba a pedirle chamba a su compadre el alcalde y éste le decía ‘como de qué compadre’, ‘de lo que sea hombre, aunque sea de policía’, porque ser policía era cobrar un sueldito y recoger a algún borrachito que se había quedado por allí, o separar a una señora con otra que se estaban peleando en el mercado. Antes no se exigía la capacitación, no se exigía la certificación o lo que fuera, se ponían un uniforme azul y ya. Entonces todos los municipios, unos más que otros, los sorprendieron los actos vandálicos sin estar preparados. Por ejemplo, Morelia no tenía Policía Municipal, y nunca había policía en Morelia ya que una parte de la historia del país señala que las capitales de los estados no requerían policía según la ley, ya que allí estaban los tres Poderes, el señor gobernador y las fuerzas estatales, para qué quería la capital tener su policía.
“Se modificó la ley, han cambiado las cosas y ahora todas las capitales de los estados tienen su propia policía. Morelia, con altas y bajas, ahí va intentando conformarla. ¿Por qué los municipios, medianos y chicos, no tienen sus policías? Se debe a que no hay conciencia de la policía; porque están muy mal pagados y por lo mismo son presa fácil de muchas tentaciones.
“¿Qué tenemos que hacer? Buscar con lupa varios elementos: primero que parezcan policías, que sean jóvenes, con cierta preparación como secundaria y preparatoria, de buena estatura, de buen peso. Porque hay algunos que parecen todo menos policías, todos panzones que se cansan a los primeros 10 metros que tengan que correr.
“Luego, necesitamos capacitarlos. Por fortuna en Morelia tenemos el Instituto Estatal de Capacitación Policial y la Academia Regional de Seguridad Pública, y aunque en estas participan seis estados más del país, la verdad es que es más michoacana que nada. La estamos apoyando muy bien ahora porque tenemos cursos intensivos y además estamos llevando algunos cursos itinerantes. En este momento hay cursos de capacitación para los policías municipales en Uruapan, en La Piedad y en Sahuayo, amén de que aquí en la Academia hay cinco grupos siendo capacitados, cada uno de 40 elementos, en total 200 elementos simultáneamente.
“Ya es la segunda remesa, porque en un grupo anterior capacitamos a 260. Pronto vamos a empezar con un tercer grupo y cuando terminemos este año habremos capacitado a mil 500 elementos de policías municipales”.
–¿Cuántos municipios no cuentan con Policía Municipal?
–Todos tienen, unos con poquitos elementos y otros con su número casi completo. ¿Por qué algunos con poquitos?, porque no han pasado su examen del C-3 (Centro de Evaluación y Control de Confianza) y es un mandato de ley –ya no está al capricho de alguna persona– que quien no pase la evaluación del C-3 no puede portar arma y no puede formar parte de la seguridad pública, en mi caso para yo estar al frente del Consejo, tuve que hacer mi examen durante dos días y medio, y en el Cisen en la ciudad de México otros dos días.
–¿Cuántos municipios no logran cumplir con estos requisitos que plantea la ley?
–El 30 por ciento de los municipios están padeciendo en este momento por no encontrar elementos que aprueben el examen de evaluación de confianza y si no lo aprueban no pueden entrar a la academia a capacitarse, no se les puede dar portación de arma, ya que el Ejército no les permite traer armas y por ende no se les puede otorgar uniforme y equipamiento, ya que no son policías.
–En lo que se refiere al reciente caso de Ciudad Hidalgo, fueron detenidos los policías por el Ejército por carecer de la acreditación, ¿cuántos casos tenemos de policías armados que no están reconocidos?
–Tenemos una relación de los que pasaron el examen, los que están aprobados, los que están capacitándose y tienen una portación de arma firmado por mí. En el C-3 también tienen una relación que yo no tengo de los que no pasaron, y esa información se las manda directamente el C-3 al alcalde del municipio, y él se da cuenta de quienes no aprobaron el examen.
–¿No hay un peloteo de responsabilidades en este proceso, en el sentido de que no es claro cual es la instancia que debe de dar seguimiento a los elementos que no aprobaron y tienen que ser dados de baja?
–En lo que se refiere a los policías municipales yo no rehuyo mi responsabilidad, y ese seguimiento me toca a mí y le toca al Consejo Estatal, no así a los Policías Estatales que le corresponde a la Secretaría de Seguridad Pública y los ministeriales que es responsabilidad del procurador y ya no digamos los policías federales. Los policías municipales es responsabilidad mía. ¿Cómo intento dar cumplimiento a esta obligación?, ya conformamos los 113 consejos municipales de seguridad pública, terminamos con el último hace 20 días y comenzamos desde el 8 de marzo a la fecha. Además de estos 113, conformamos 24 consejos intermunicipales en regiones claves de todo el estado, en donde existe un Centro de Protección Ciudadana, que dependen de la PGJE.
–¿Cuál es el estado de fuerza global de las policías municipales?
–Cuatro mil elementos en los 113 municipios, en números redondos. Alrededor del 60 por ciento está dados de alta, debidamente regularizados, equipados y con dotación de armas, el resto siguen evaluándose. En la lista del C-3, ahora con el apoyo de la empresa International Polygraph Services Center, tenemos a mil elementos en espera de ser evaluados, y estamos aplicando exámenes a cerca de 200 elementos por semana. De estos que hacen su examen, lo aprueban hasta un 70 por ciento. El examen de evaluación y confianza es complejo, inquisitorio y me parece que requiere modificaciones ya que exigen cosas que no debieran, porque México es un país muy diverso y es lo que tiene que distinguirse pero lamentablemente en la federación no lo quieren entender así. Necesitamos trajes a la medida, ya que lo que se pregunte a un aspirante a policía en la Meseta Purépecha, sea adecuado a la Meseta y no lo mismo que lo que se le pregunta a uno de Tijuana o a otro de Campeche. ¿Cuál es el problema con los aspirantes a policías?, varios de ellos no tienen cartilla del servicio militar nacional liberado y uno de los requisitos para portar arma es tener la cartilla, pero si de mí dependiera yo quitaría ese requisito. De cada 10 aspirantes a policía de la Meseta, ocho pasaron el examen, ya que no se dejaron intimidar, porque el examen del C-3 es intimidatorio.
–¿Qué tan seguros estamos de que los mandos policiacos no han sido impuestos por grupos criminales, como lo asegura Luisa María Calderón?
–La realidad eso es lo que nos dice, ya que es tal la fuerza que han adquirido los grupos delictivos que yo no dudo que eso hagan y que tengan una gran influencia en algunos municipios. No sé de ninguno en particular, no conozco un caso particular, pero si Luisa María Calderón lo dijo es que ella sí tiene mucha información, pues la hermana del jefe de la nación y ojalá nos diera más elementos para ver si se puede corregir esto, sé que es riesgoso pero yo no conozco ningún caso en particular y no dudo que se den, ya que son presa fácil porque el salario que gana es de cinco mil pesos y los otros les ofrecen 50 mil. Pueden caer.
–¿Desde su perspectiva funcionarían mejor las policías con mando único?
–Yo no creo en el mando único y como estamos a punto del cambio en el gobierno federal, van a habr cambios cambios en la lucha contra el crimen organizado, cambios legales y prácticos en materia de seguridad. Creo que el respeto a la soberanía municipal necesitamos fortalecerla, ya basta de que sólo sea motivo de discursos y hay que darles más recursos, darles más mando. Necesitamos que los 113 municipios, según su tamaño y su peso, tengan su propia seguridad, ya que sus fuerzas no son para combatir delitos federales ni para andar persiguiendo gente de otro tipo, pero que a la población le den confianza, seguridad jurídica y que se eviten el incremento de robos y asaltos. Ese es su papel.
–¿Hasta dónde la agenda política de seguridad de Felipe Calderón apresuró y forzó a este proceso de certificación y profesionalización de las fuerzas de seguridad?
–El presidente Calderón le puso muchas ganas al asunto, se gastó mucho dinero en esta intentona y no ha tenido el éxito deseado, ya que la prueba la vemos todos los días aunque se quiera negar. Hay que revisar esta política, algo no se hizo bien y tenemos que saber qué fue. Espero que los que lleguen encuentren otra manera de atacar el problema. Tan no funcionó, que siendo su tema (de Calderón), siendo su número uno de la agenda, su partido perdió la elección presidencial, y es una prueba de que la mayoría de la gente no percibió avance en este asunto, y no le funcionó, y yo lo lamento, porque soy mexicano, tengo hijas, tengo nietos, tengo amigos y quisiera que fuera un país más seguro.
–¿El Ejército ya no puede seguir siendo utilizado como policía?
–Fue un error. El Ejército Mexicano no está hecho para ser policía, ya que los militares reciben otra formación para otra tarea y convertirlos en policías me parece que no les ha hecho mucha gracia a los militares. La soberanía nacional la defiende el Ejército, las seguridad pública en las calles, le compete a las fuerzas policiacas. Este sexenio se le dio mucha importancia a la Policía Federal, creció enormemente, ya que hay medio millón de fuerzas federales, nos han ayudado mucho pero también han habido choques entre ellos, hay celos entre ellos y supongo que cuanto se juntan cuatro personas armadas y cada una es de una institución diferente, se pueden presentar celos. Necesitamos delimitar muy bien las competencias, ya que las cuestiones municipales las maneja el ayuntamiento, su Cabildo con su policía.