Columna «Bajo la Lupa», Por Armando Saavedra (26-VII-18)
AUMENTO DEL PASAJE. ¿QUÉ OFRECEN LOS TRANSPORTISTAS?
Como siempre que los líderes del transporte urbano plantean se les conceda un aumento en la tarifa que usualmente cobran por el servicio que prestan, causan inquietud en la ciudadanía que es la que se vería afectada en su presupuesto familiar, ante una eventual autorización concedida por las autoridades correspondientes.
Desde que tengo uso de razón, se habla reiteradamente de que se hacen “estudios” para determinar los costos de operación de las unidades en sus diversas modalidades, para en base a dicho “estudio”, estar la autoridad en condiciones de cuantificar el monto del aumento tarifario a conceder a los transportistas.
Hoy, la tarifa que se aplica por viaje y por persona, es de 8 pesos, aunque está contemplado que a las personas de la tercera edad y discapacitados solo se les cobren 7 pesos, esto sucede pocas veces, pues los operadores se hacen de la vista gorda y a menos de que el pasajero en estas condiciones reclame, el cobro será de tarifa normal, es decir, los 8 pesos.
25% DE AUMENTO ES LA SOLICITUD
De manera pública, el dirigente de la Comisión Reguladora del Transporte JOSÉ TRINIDAD MARTÍNEZ PASALAGUA ha señalado que los transportistas están luchando por lograr se les autoricen 2 pesos de aumento a la señalada tarifa, es decir, un 25%, para que, de ser autorizada, se nos cobre a los usuarios la cantidad de 10 pesos.
Los argumentos que esgrimen los transportistas y sus dirigentes para justificar la solicitud del 25% de aumento en las tarifas, es el tradicional, el aumento paulatino de la gasolina, que según ellos, es el factor que dispara el aumento “en cadena” de los demás insumos que ellos necesitan adquirir, para prestar el servicio, particularmente refacciones, llantas y los servicios de mantenimiento a las unidades.
HASTA 4 FAMILIAS VIVEN DE UNA UNIDAD
Hasta donde este escribidor ha podido investigar consultando a operadores del transporte en Morelia, me han informado que de una unidad normalmente se mantienen de ésta, hasta cuatro familias, a saber, el concesionario, los que en un porcentaje mayor al 50% tienen en arrendamiento sus concesiones, el arrendador de la concesión, que es el que invierte en la adquisición de la unidad en la que se presta el servicio y dos choferes.
Me dicen los operadores, que, dependiendo del dueño de la unidad, ya sea el concesionario o el arrendador, la unidad puede trabajar de 16 o hasta 18 horas diarias, en dos turnos de 8 horas o 9, eso depende del acuerdo entre choferes y propietario, los que entregan una “cuenta” o tarifa obligatoria por el turno trabajado, cuyo monto varía dependiendo en qué ruta se esté trabajando.
Con cierta dificultad, por que los choferes se resisten a proporcionar información sobre cuanto ganan y cuanto entregan de “cuenta”, pudimos saber que la “cuenta” que entregan a los propietarios de la unidad, va de entre los 450 a los 550 pesos por turno de 8 horas trabajadas y los conductores, son responsables de costear la gasolina consumida en su turno, que también puede ser de 400 a 500 pesos, no así los conductores de unidades que consumen gas natural, cuyo gasto es del 50% aproximadamente, es decir, de 200 a 250 pesos.
En las charlas con los choferes, insisto son reacios en dar información, pude saber que ellos después de pagar la “cuenta”, pagar el gas o la gasolina, pueden llevarse como “salario” un aproximado de entre los 400 a 600 pesos por turno trabajado, siempre y cuando, afirman, se “suban a trabajar” y no a flojear.
Es de señalarse, que los trabajadores del transporte público en nuestro estado, carecen de cualquier prestación laboral, normalmente no gozan de vacaciones pagadas, aguinaldo o seguro social, se pudo saber que apenas en este año, en una ruta se encontró una fórmula para que los operadores del transporte puedan accesar al seguro social, pero no llegan a 50 operadores con esta prestación, que a ellos mismo les cuesta.
¿Y A CAMBIO DEL AUMENTO, QUE SE OFRECE?
Cíclicamente, cada que se habla de un aumento en las tarifas del transporte público, se discuten cifras sobre ingresos y costos para determinar tal aumento, empero, la propia autoridad es la responsable de que los transportistas no se comprometan a mejorar la prestación del servicio, mejoramiento que no solo se reduce a las condiciones de la unidad con la que se presta el servicio, sino que incluye formas de conducir, el número de pasajeros a abordar, es decir, establecer una capacidad máxima.
El respeto a las “paradas”, en no subir y bajar el pasaje en doble fila y/o obstruyendo la circulación vehicular, en no circular lentamente, haciendo “cachete”, que en el lenguaje de los conductores significa circular lentamente ante la falta de pasaje, el volumen moderado de sus aparatos de audio, el no utilizar el teléfono celular conduciendo y otras más.
ALTA ROTACIÓN DE CONDUCTORES
Uno de los talones de Aquiles que enfrenta el transporte público, no solo en nuestro estado, sino en todo el país, es la alta migración o rotación de conductores, pues en muchísimos casos trabajan de conductores del servicio público por no tener otras oportunidades laborales, pero en cuanto ven una oportunidad, migran, sobre todo a empresas que tal vez no les igualen el ingreso diario, pero a cambio si les otorgan prestaciones, de ahí la migración.
¿CAPACITACIÓN A CONDUCTORES?
Bueno, pues lo señalado en el párrafo agrava la situación, pues las organizaciones de transportistas no se preocupan por capacitar a sus operadores, por lo menos la mayoría, que yo sepa y por que lo hace público, es la Ruta Gris que dirige FERNANDO ORÓZCO, la que les da capacitación frecuente a sus operadores, como una forma de combatir la rotación de conductores y el mejoramiento del servicio, pero por lo demás, poco o nada se sabe que la autoridad responsable, La COCOTRA, organice cursos de capacitación para los conductores, que debería hacerlo y de manera permanente.
“PARADAS” TRANSFORMADAS EN ESTACIONAMIENTOS
Si bien es cierto que una de las exigencias que se les pide a los conductores del servicio público, es que respeten las “paradas” oficiales marcadas por la autoridad o por lo menos en las esquinas en donde no existen “paradas” oficiales, también lo es, que la autoridad ha sido omisa e irresponsable, al no establecer una campaña permanente, para que las “paradas” oficiales no sean utilizadas por particulares como estacionamiento, pues esta condición impide que se les pueda exigir a los conductores las respeten.
LA REFLEXIÓN
Seguramente, no dudo, que la autoridad terminará cediendo a las pretensiones de los transportistas, concediéndoles un aumento en las tarifas del transporte urbano, el que será de un peso, pues es la costumbre, piden mucho para que se les autorice por lo menos el 50% de lo que piden, pero también, es el momento en que la autoridad responsable del transporte público sea enérgica y establezca compromisos con los transportistas para que se preste un servicio de calidad.
Si se lograra que el transporte público no entorpeciera el tráfico vehicular con motivo de subir y/o bajar pasaje, dicho tráfico vehicular mejoraría, solo por ese motivo hasta un 30%, con los consiguientes beneficios ecológicos, al haber menos contaminación, pero para esto, es la autoridad la que debe de comprometerse a aliarse con los transportistas.
Finalmente, sé que los famosos estudios socioeconómicos para determinar un aumento tarifario, terminan siendo superados por el peso político especifico del sector transporte, es decir, la política y la presión que las organizaciones del transporte ejercen sobre la autoridad, es la que finalmente determinan el monto y la vigencia de un aumento tarifario. ¿Y la ciudadanía? ¡Indefensa!