CDMX, 02 de julio del 2018 (Forbes México, com).- Hace seis años, parado frente a Palacio Nacional, Andrés Manuel López Obrador, quien entonces competía en su segunda campaña por la Presidencia de México, lanzó una frase que hoy más que nunca hace eco: “a Palacio o a la chingada”.
En su momento esto no lo cumplió, ya que no renunció a su búsqueda por ser la principal cabeza del gobierno mexicano, sin embargo, el esfuerzo finalmente tuvo esta el resultado que él soñaba, al ganar, con más del 50% de las preferencias electorales, este puesto.
Y esta noche, parado frente una multitud de varias decenas de miles de personas en el Zócalo de la Ciudad de México, precisamente junto a Palacio Nacional, celebró su victoria, la cual calificó como una “revolución de las conciencias”.
La gente grita, se emociona, se exalta e inclusive llora al escuchar cada una de sus palabras, porque aquellos que lo han seguido durante todos estos años finalmente están probando las mieles del triunfo.
“Este triunfo pertenece a todas y todos, es el esfuerzo de años y años de luchas, de dirigentes sociales, de indígenas campesinos, de profesionales de todas las clases sociales, de todos y cada uno de los sectores”, gritó eufórico y quizás al borde de las lágrimas.
Y sus palabras no se quedan ahí, al asegurarle a la gente que de ninguna manera les va a fallar, ya que su mayor deseo en la vida, después de ser Presidente, es ser recordado como un buen gobernante de México, “quiero pasar a la historia”, asegura.
Mientras esto sucede, la gente toma la palabra y grita: “¡Sí se pudo!”, aquella frase que un grupo de niños beisbolista crearán hace poco más de una década y que encumbra al movimiento de López Obrador.
“Hoy se termina una etapa y vamos a iniciar otra, triunfamos y ahora vamos a transformar a México, voy a dedicarme en este tiempo hasta el 1 de diciembre, a trabajar con los miembros de el nuevo gabinete para elaborar los proyectos, no perder tiempo, afinar lo que vamos a llevar a la práctica”, comenta.
Y ahonda aún más, al señalar que desde el primer día trabajarán para cumplir cada uno de los compromisos que realizaron a la gente, cómo fueron aumentar al doble la pensión de los adultos mayores, otorgar una a personas con discapacidad, garantizar el derecho al estudio y proyectar el desarrollo.
Pero el tiempo es finito y la celebración, si bien continuará, no lo hará con él, ya que a partir del día de mañana debe empezar a tejer sus redes, mismas que estarán encabezas por sus cercanos colaboradores, según ha afirmado.
La parte económica por Alfonso Romo, quien será el Jefe de la Oficina de la Presidencia, y Carlos Urzua, su propuesta para la Secretaría de Hacienda, la internacional por Marcelo Ebrard, ex Jefe de Gobierno de la CDMX, y Héctor Vasconcelos, quién será Secretario de Relaciones Exteriores, y la interna, con Olga Sánchez Cordero, futura Secretaria de Gobernación, y Tatiana Clouthier, su Jefa de Campaña.
Con información de Forbes México.com