Agregó que el éxito del proceso depende de que Estados Unidos entienda que ello requiere de equilibrios y flexibilidades.
En entrevista televisiva en el programa Despierta de la cadena Televisa, mencionó que “básicamente existe una probabilidad de 40% de cerrar la negociación antes del 1 de julio”; mientras que después de ese día y hasta antes de las elecciones legislativas de Estados Unidos en noviembre, la probabilidad aumentaría a un 80 por ciento.
Sobre la posibilidad de tener un TLCAN “flaco” dijo que siempre ha estado ahí, puesto que en el acuerdo original las reglas de origen, parte de uno de los elementos más importantes de esta negociación, están integradas por afuera del acuerdo.
Esto quiere decir, añadió Guajardo, que no son parte de lo que los congresistas estadounidenses tienen que aprobar; “si a Estados Unidos le entra el deseo de hacer esto muy rápido podría decir a México, oye, por qué no nada más nos ponemos de acuerdo para cambiar las reglas automotrices y dejamos la esencia del TLCAN 1.0 como está“.
Ello quitaría todas las cláusulas nocivas, como el “Sunset” y el tema de agricultura; pero como ellos no lo tienen que pasar por el Senado, y como para México es un tratado internacional y sí se tiene que votar, podría verse algo desbalanceado.
Lo anterior, puesto que al no requerir de una aprobación legislativa, “nadie garantiza que lo que terminemos acordando necesariamente tenga posibilidades de aprobación. No me gusta mucho esa idea de un TLCAN flaco porque pone la obligación de que nosotros sí tenemos que ir al Senado”.
Destacó que la propuesta salió de un grupo del sector privado con buenas intenciones, que quiere mucho seguir haciendo negocios con México, “pero hasta ahorita no es una propuesta que ha puesto el gobierno estadounidense en la mesa de negociación”.
En cuanto a las declaraciones de los candidatos presidenciales de las coaliciones Por México al Frente y Juntos Haremos Historia, Ricardo Anaya y Andrés Manuel López Obrador, respectivamente, de que las negociaciones se deben postergar hasta después del 1 de julio, dijo no estar de acuerdo.
“Mientras se tenga la posibilidad de estar sentado en una mesa de negociación, por la obligación de seguir sirviendo a los intereses de tu país, debes estar ahí”, explicó, y en vez de eso deberíamos ver el interés del pueblo y el Estado por estar pensando en los mismos términos.
“Sean azules o amarillos, todos debemos defender a México y hasta hoy la estrategia ha sido la correcta. Llevamos más de un año y cuatro meses en la negociación, el TLCAN existente sigue funcionando, nuestras exportaciones siguen creciendo y claro, existe cierta incertidumbre, que es la que queremos combatir, pero sería una irresponsabilidad estar cruzados de manos”.
Añadió que no mover las manos de aquí a diciembre sería altamente irresponsable, porque el pueblo de México exige resultados de los servidores públicos y del presidente de la República, para que hasta el último día de este mandato trabajen en favor de México.
“La negociación y la posibilidad de encontrar una solución no debe estar en función de tiempos políticos. Si hay una ventana de oportunidad en cualquier momento, antes del 1 de julio o después, tenemos la obligación de capturarla y ponerla en instrumentación”.
Añadió que una cosa es lo que quieren los candidatos y otra lo que dicen públicamente. “Si yo fuera un candidato como Anaya o López Obrador estaría rogando porque este gobierno solucione este problema, no quisiera ser inaugurado como presidente con una pistola en la frente. Creo que muy adentro lo que quieren es que les quiten este problema”, apuntó.
Por otra parte, sobre una nota que publicó el Wall Street Journal de un posible pleito con el canciller Luis Videgaray por sus posturas sobre el TLCAN, dijo que no existe una diferencia en la estrategia del gobierno, por lo que habría que revisar la fuente de dicha publicación.
Se tratan de “fuentes anónimas del gobierno de Estados Unidos, habría que sospechar cuál es la intención de esa filtración”, pero la postura mexicana se construye con una estrategia integral, por lo que «sería una locura no fortalecernos para llevar una sola propuesta».
Añadió que ambos funcionarios entienden que hay que hacer frente a la incertidumbre mediante un cierre, pero éste depende de la calidad que se pueda tener en el acuerdo, y en eso no hay ninguna diferencia adentro del gabinete.
Con información de El Economista.com