25 de febrero del 2018.- El cese al fuego tendrá una duración de treinta días para permitir la entrada de ayuda humanitaria y el tratamiento y la evacuación de los heridos. La decisión fue adoptada por unanimidad de los quince miembros del Consejo en una resolución redactada por Suecia y Kuwait, a la que Rusia introdujo algunas enmiendas.
El documento exige el cese inmediato de las hostilidades durante treinta días consecutivos en toda Siria y el acceso semanal y seguro para entregas de ayuda humanitaria. El alto el fuego no se aplicará a las operaciones militares contra el ISIS, Al Qaeda y otros grupos terroristas.
La resolución también pide a todos los Estados Miembros que coordinen sus esfuerzos para supervisar el alto al fuego y exige que todas las partes permitan un acceso en condiciones de seguridad y sin trabas a los convoyes humanitarios de las Naciones Unidas y sus asociados.
Exige además que inmediatamente después del comienzo de la cesación de hostilidades se permitan las evacuaciones médicas de manera segura e incondicional, así como que se garantice el respeto y protección a todo el personal sanitario y humanitario, a sus medios de transporte y equipamiento, así como a hospitales y otras instalaciones de salud.
El Consejo de Seguridad también exhortó a todas las partes a levantar inmediatamente los asedios de zonas pobladas, incluidas Guta Oriental, Yarmuk, Foua y Kefraya.
El documento establece además que el Secretario General deberá entregar un informe sobre el cumplimiento de lo decidido en la resolución en los próximos quince días.
António Guterres celebró la adopción del documento y resaltó su expectativa de que sea inmediatamente implementado, particularmente en las cuestiones de ayuda humanitaria.
«El Secretario General recuerda a todas las partes de su obligación bajo el derecho internacional humanitario de proteger la población y a las infraestructuras civiles. Los esfuerzos para combatir el terrorismo no deben estar por encima de esas obligaciones», expresó Guterres en un comunicado emitido por su portavoz este sábado.
El titular de la ONU también publicó un tweet en su cuenta oficial al respecto.
La situación humanitaria antes del cese
Las agencias humanitarias de la ONU informaron el viernes que en Guta Oriental, una región a las afueras de Damasco, los últimos cuatro días han muerto casi cuatrocientas personas, entre ellas mujeres y niños, y más de mil han resultado heridas por ataques aéreos.
Esta semana se informó de al menos veinticuatro bombardeos contra hospitales y centros de salud y al menos dos trabajadores médicos fueron asesinados.
Además, las panaderías privadas en Misraba, que normalmente proveen unas 40,000 bolsas de pan diariamente, fueron afectadas por los ataques aéreos. Según los informes, el pan sigue disponible, pero su precio se ha multiplicado veinticinco veces.
Durante el mismo período de tiempo, la ciudad de Damasco ha seguido siendo golpeada por morteros.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, el Administrador del Programa de la ONU para el Desarrollo, Achim Steiner, y el coordinador de Asuntos de Emergencia, Mark Lowcock destacaron el viernes ante los Estados Miembros que ahora más que nunca es fundamental mantener el apoyo internacional para los países vecinos y las comunidades que albergan 5,5 millones de refugiados sirios.
Todos ellos mostraron que estaban «profundamente conmocionados y angustiados por la brutalidad y total desprecio por la vida civil» y pidieron un alto el fuego inmediato, la protección de los civiles y el acceso humanitario sin trabas a Guta Oriental.
También el viernes el enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, había vuelto a solicitar el alto el fuego urgente para aliviar el «espantoso sufrimiento» de los civiles y detener los fuertes bombardeos aéreos y ataques con mortero en Damasco y sus alrededores.
Los tres países garantes del llamado proceso de Astana: Rusia, Irán y Turquía, fueron convocados a reunirse urgentemente para volver a instalar zonas de protección a civiles en Siria.