(25-09-12) Apenas entró ayer hace unos horas a revisión la ley federal del trabajo y se topó con obstáculos nada correctos. En la cámara de diputados la papelería quedó a disposición de ser sometida este mismo día, pero tienen tiempo angustioso esta semana para sacarla adelante.
Es obvio que los partidos de izquierda no se abstendrán a esta ley, y de hecho están en la mira de que no sea aprobada en estos días. Es demasiado para ellos lo que pretende Felipe Calderón en su iniciativa por considerarla un derrame más que una construcción.
La izquierda ha prometido no permitir que salga. El PRI, por su lado, ha demostrado una decisión ambigua, la cual sin embargo, se apega a defender a los sindicatos e inclusive los artículos constitucionales que los hace posible.
La ley, que para el presidente Calderón es plausible, ha dejado de lado algunas cosas. La liberación de los sindicatos de cuotas, y nuevos mecanismos en los trabajos, son entre muchas otros aspectos, las partes importantes de la propuesta calderonista. Esta semana tienen los partidos para decidir qué sucede, si se va para adelante o el PRI decide medio aprobarla. Con el PRD, no.