*Se acerca el fin de Ochoa Reza.
*La derrota de Meade será culpa del líder nacional del PRI.
*Mario Armando Mendoza exhorta pero no hace nada.
*Daniel Moncada llama a la organización para recuperar la seguridad.
Columna «Sendero Político», Por José Cruz Delgado (14-II-18).- Las cosas se le están poniendo muy difíciles al dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional Enrique Ochoa Reza, pues su pésimo desempeño como tal fue duramente cuestionado por los diputados federales de su propio partido y exigieron su renuncia inmediata por lo que sus días están contados al frente de ese instituto político y su relevo podría darse antes que inicien las campañas.
La inconformidad deriva, como en entregas anteriores hemos comentado, en que se repartieron espacios a quienes no lo merecían a través de la Comisión Nacional de Procesos Internos y por operadores impuestos a modo, como el caso de Michoacán, donde el ex gobernador Víctor Manuel Tinoco Rubí se despachó con la cuchara grande. Lo más grave del asunto es que estos personajes hicieron a un lado a las dirigencias estatales.
Ahora en el pecado lleva la penitencia y el más perjudicado será Antonio Meade quien su derrota se la deberá a Ochoa Reza si se insiste en mantenerlo en la presidencia. Además, debido a este “cochinero” muchos militantes y simpatizantes están renunciado al tricolor, no sólo en Michoacán sino en otros estados del país.
Meade debe decidir de inmediato su destino político y si lo deja en manos de Enrique Ochoa Reza será el fin, en cambio, si logra deshacerse de él hay esperanzas de que gane la presidencia, pese a todos los obstáculos, al menos en algunos estados como Michoacán donde el PRI ha logrado ganar la Presidencia.
Pero con Ochoa Reza deben irse algunos operadores impuestos por él que no respetaron la militancia priista y actuaron unilateralmente y causaron agravios como el caso de Tinoco Rubí a quien los michoacanos detestan.
Si Ochoa Reza pensaba que podría ser en el futuro candidato al gobierno de Michoacán que se olvide de esa idea porque los priistas le darán como respuesta un rotundo no y quedará en su memoria el agravio que cometió en su contra en complicidad con Víctor Manuel Tinoco Rubí quién pretende una diputación plurinominal para su hijo Jorge Luis Tinoco Ortiz y de esta manera pagarle la canallada que les hizo a la militancia priista.
El diputado integrante de la comisión de Educación, Mario Armando Mendoza Guzmán urgió a la autoridad estatal resolver el conflicto que se vive con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), para evitar que el proceso de reinscripción en las instituciones de educación básica, tanto en zonas rurales y urbanas, no se vea afectado por la suspensión de actividades escolares.
Sin embargo, el propio gobierno del estado ha reiterado que ya no se le debe nada al magisterio, pero los ce la CNTE insisten en que se le dé más porque están acostumbrados a obtener lo que quieren a través chantajes, marchas y paros es un barril sin fondo que nadie puede llenar y si obstruyen las reinscripciones es su responsabilidad, su manera de obtener más y más y en lugar de exhortar al gobierno a resolver un conflicto ya resuelto que exija a los maestros de la CNTE a que cumplan con su apostolado, apostolado que han hecho de lado para obtener prebendas económicas dejando a cientos de miles de niños sin clases.
Si el legislador dice sentirse muy preocupado por esta situación que organice a los padres de familia, que salga a las calles y exija a los maestros que den clases porque para él es muy cómodo hablar desde su cubículo solo para llamar la atención.
Mendoza Guzmán debe tomar el ejemplo del diputado Daniel Moncada Sánchez, quién recientemente renunció a Movimiento Ciudadano y ha salido a la calle exhortando a los morelianos a la organización y recuperar la seguridad en el municipio de Morelia, seguridad que está ausente desde que el alcalde independiente Alfonso Martínez Alcázar asumió la presidencia municipal.
Moncada Sánchez lamentó que una de las principales demandas de la población en general, sea la falta de seguridad, que impide una calidad de vida y mantiene preocupados a los morelianos por sí mismos y sus familias.
Estos son los verdaderos diputados que se preocupan por la gente, los que realizan actividades de campo y organizan para que la sociedad viva mejor y no lanzando exhortos desde el escritorio.