15 de diciembre, 2017 — El impacto de la crisis que azota Sudán del Sur desde 2013 amenaza a una generación entera, alertó este viernes UNICEF en ocasión de la publicación del informe “Niñez bajo ataque”.
Más de 2.300 niños han muerto o resultado heridos y cerca de 19.000 han sido reclutados por grupos armados. Más de tres millones padecen hambre y dos millones no van a la escuela.
Más de 2,5 millones han tenido que huir de sus casas, mientras más de 11.000 siguen separados de sus familias.
“Ningún niño debe vivir tales horrores y privaciones”, declaró este viernes Tim Irwim, el encargado de comunicaciones de UNICEF en Sudán del Sur, en una entrevista con Radio Miraya.
“Las cifras son realmente inquietantes. Más de tres millones de menores no saben que van a comer en el día”, agregó.
El trauma que significa la violencia también se debe tomar en cuenta, resalta la agencia, que estima que al menos 900.000 niños sufren estrés psicológico.
“Todas estas cifras provienen de metodologías seguras y comprobadas. Lamentablemente, esos datos perturbadores han sido verificados. Nos gustaría que fueran diferentes”, aseveró Irwim.
El personal de UNICEF trabaja en la reunificación familiar, la liberación de los niños reclutados por los grupos armados, y en proporcionar asistencia humanitaria.
Este año, la agencia ha tratado a más de 160.000 niños desnutridos, obtenido la liberación de 2.000 niños soldados, y vacunado a 3 millones contra la polio y a un millón contra el sarampión.
“Hacemos todo lo que se puede con la ayuda de otras agencias de la ONU y con ONGs socias”, dijo Irwim, pero “más que todo se necesita paz y estabilidad”, insistió.
Para el 2018 UNICEF requiere 183 millones de dólares para proporcionar ayuda de emergencia a niños y mujeres en Sudán del Sur. Este año, el llamamiento humanitario de la agencia para el país solo fue financiado al 33%.