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Por Víctor Ardura.-
(03-09-12) Casi por decreto, o por política de nostalgia, el gobierno del estado despidió a 40 trabajadores que el anterior jefe del ejecutivo, Leonel Godoy, había colocado en un rango menor.
Hablamos de michoacanos que en este momento, en una entidad con prisa de empleo, los trabajos son considerados como una necesidad de primer orden. Mauricio Prieto y Antonio Prats, integrantes del Movimiento Democrático de Unidad Cardenista, denunciaron una serie de barbaridades.
En primer lugar estos trabajadores esta acusados de cualquier cosa que se le ocurra al gobierno estatal, principalmente de inasistencia y desacato laboral. No se toma en cuenta que la administración de Fausto Vallejo Figueroa necesita todas las plazas para integrar a un equipo, su equipo.
Esta forma de cuartar plazas, como sucedió con los 24 sindicalizados de manera independiente en la Comisión de Ferias, Exposiciones y Eventos del Estado de Michoacán provocará una especie de juego letal: entran los que vienen y salen los que están.
No cabe duda de que las cosas no funcionan nada bien. A la ausencia de faltantes por más recursos que se quieran del gobierno federal, el oído bonito no funciona. 700 millones son urgentes y los programas de gobierno mucho más urgentes.
Cabe decir que este caso seguramente permanecerá en pie. Los despedidos no regresarán a su trabajo y serán suplantados por gente allegada o con simpatía de Fausto Vallejo, del PRI.
¿A la compañía de Enrique Peña Nieto le convendrá un gobierno de esta índole?
