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Por Víctor Ardura.-
(29-08-12) Medio año de gobernar el estado ha significado seis meses de pedir dinero y recibir promesas. También significa usar el lenguaje para quedar bien con el presidente,Felipe de Jesús Calderón, y después utilizarlo severamente para criticarlo.
Recuerdo la primera vez que vino Calderón a Michoacán y el lenguaje de flores de Fausto Vallejo Figueroa, cuando vino cual oasis para refrescar la situación en la entidad, a inaugurar obras morelianas y la frase orilló al mandatario michoacanos explicar a la prensa ese tipo de tópicos literarios. Y, si bien Calderón Hinojosa vino en esta y una posterior ocasión a inaugurar obras, de lo que se requiere sustancialmente dijo: ¡nones!
Vallejo Figueroa se quejó ayer de que el presidente no ha dado “respuesta concreta” a la petición, al parecer urgente, de un crédito de cinco mil millones de pesos. También Vallejo Figueroa protestó de que de no cumplirse, la próxima quincena podría haber ausencia de sueldos.
¿Dónde está entonces el oasis? Salta una obviedad: la ausencia de profesionalismo de la administración y del equipo de Fausto Vallejo que ha provocado que en estos seis meses halla ineficacia al por mayor para atender lo elemental.
Pareciera la puesta en escena de una comedia: Vallejo trata muy bien a Calderón, buscando, en el buen comportamiento político, romper con la antipatía presidencial, pero las pruebas de reacción calderonista dejan ver que todo esfuerzo vallejista es inútil.
El asunto es que hay un enorme problema de administración, crisis financiera tan grande hasta la dificultad de nómina por resolver, y poca experiencia para meter una propuesta de administración pública y salir bien brindado de ella.
