En estos días se ha dejado sentir el crimen organizado. En Guerrero, en diferentes tramos, se localizaron once cuerpos y esta andanada violenta es autoría de los Caballeros Templarios. En Guadalajara, en diferentes puntos sucedió un bosquejo de enfrentamiento y la única víctima fue un joven trabajador de un bar.
Es tan sólo un mapa o una mascara de lo que hemos percibido y visto recientemente en los últimos días. Son diversos lugares, en diferentes estados, hechos acometidos por distintos criminales. Curiosamente el presidente Felipe Calderón ha organizado tipos de publicidad en radio y televisión.
Son modelos perfectamente organizados, bien redactados, donde se pondera las áreas de salud, educación o de combate al crimen organizado. Uno podría pensar en un sexenio de mucho éxito, mas los datos duros confrontados con la publicad la desnudan impiadosamente. Basta cotejar el dato que justifica al gobierno para que su lucha contra el narco se devele injustificada, suficiente para dar pie de ello.
Hemos visto que el gobierno de Calderón combate al crimen bajo esta óptica: con una política de percusión y ninguna de adiestramiento ni inteligencia. El ejército, la marina y una muy cuestionada policía federal lo que hacen es combatir las cabezas mas no el cuerpo. En tanto continúe esa política seguirán dándose escenarios violentos