Por Víctor Ardura.-
(28-08-12) Se ha planteado muchas veces el meter una reforma al quehacer de los diputados. Es un trabajo urgente, dicen, pero se queda tan solo en bosquejo. Pasan las legislaturas y los legisladores no entienden la palabra modestia.
Los legisladores, seguramente al oír los gastos de campaña empleados en 2012, aprobaron un paquete de apoyo de 250 mil pesos, destinado a la compra de un vehículo a los fatigados legisladores.
Se dividió en dos partes, uno ya en este año de la legislatura, otro cuando comience a andar el 2013. Sume usted doscientos cincuenta por cuarenta y sacará el gasto de lo que erigará esta legislatura: diez millones de pesos. A lo anterior hay que agregar un seguro de vida y en proceso el de gastos médicos.
¿Estamos ante gastos plenamente justificados? Pienso que sí, si el gasto del gobierno, si la comparación de entradas, si los empleos fueran totalmente decentes.
No nos opondríamos por ese gasto si los diputados fuesen realmente eficientes. Reviso el trabajo de los legisladores y a excepción hecha de los del PRD, no veo que haya propuestas y despliegue de trabajo.
La labor legislativa bien vale la pena ser apoyada, pero no de esta mala situaciones en que el Estado no tienen presupuesto gracias al presidente.
Los diputados pueden tener el trabajo de gente como Cristina Portillo, que es una eficiente legisladora en su ramo, pero pensar en algo de solidaridad con los michoacanos por parte del resto del gremio, vituperable. Gastar más de diez millones de pesos porque se lo merecen es un asunto que aun está por comprobarse.