16 de junio, 2017 — Los migrantes que viven en países desarrollados enviaron remesas por casi 500.000 millones de dólares en 2016, ayudando a sus familias a salir de la pobreza, al proveerles estabilidad financiera, acceso a la educación, una vivienda y cobertura de salud, dice un nuevo informe del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA).
El documento publicado este semana con motivo del Día Internacional de las Remesas, que se celebra hoy, resalta además que esos envíos de dinero aumentaron un 51% en los últimos diez años.
Señala que actualmente más de 200 millones de trabajadores migrantes nativos de países en desarrollo, la mitad de ellos mujeres, están apoyando a cerca de 800 millones de familiares en sus países de origen.
Según el presidente del FIDA, Gilbert Houngbo, las remesas, cuyo promedio es de 200 a 300 dólares mensuales, representan hasta el 60% de los ingresos de muchas familias y hacen una gran diferencia en sus vidas y sus comunidades.
Sin embargo, el informe destacó que el costo de estas transacciones llega hasta 30.000 millones de dólares al año. El FIDA recomendó a los Estados y compañías que implementen medidas para reducir los recargos, de manera que se pueda ayudar a más personas, especialmente en áreas pobres o en momentos de emergencia y desastre.