31 de mayo, 2017 — La desigualdad en la distribución del ingreso en América Latina disminuyó entre los años 2008 y 2015 gracias a que los países priorizaron el desarrollo social.
Entre esas medidas figuran el incentivo del empleo formal, el aumento de los salarios mínimos y el incremento de las transferencias de dinero a los estratos de menores ingresos.
No obstante, el ritmo de descenso de la desigualdad fue más lento entre 2012 y 2015, con lo cual los niveles para lograr un desarrollo sostenible son insuficientes, alerta hoy un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Ese índice se redujo en un 1,2% entre 2008 y 2012; y desde entonces en un 0,6% hasta 2015.
En el Panorama Social de América Latina, el organismo de la ONU también se refiere a las desigualdades en la ocupación del tiempo de los hombres y las mujeres. Ellas invierten más horas de trabajo si se contabilizan las tareas domésticas no remuneradas: dedican un tercio de su tiempo a estas actividades, mientras que los hombres lo hacen sólo en un 10%. Según el estudio, esa disparidad limita su independencia económica.
Para dar un nuevo impulso a estos esfuerzos, la CEPAL recomienda fortalecer el trabajo con salarios dignos, además de universalizar la protección social en todas las etapas de la vida, desde la infancia hasta la vejez.