¡Lástima!, apareció el canibalismo gremial (Columna «Bajo la Lupa»)

No bien acabamos de digerir lo expresado en la reciente reunión de comunicadores con autoridades gubernamentales, cuando por desgracia, apareció el cáncer más mortal que puede padecer un gremio: el canibalismo.

He sido un observador y a veces participante de las diversas actividades que los comunicadores han implementado en torno a la lamentable desaparición física de SALVADOR ADAME PARDO, también he escuchado y leído algunos ofrecimientos de la autoridad y los reclamos airados la mayoría de las veces, de quienes desarrollan actividades en medios de comunicación, empero, será mi falta de capacidad analítica, que no he percibido hasta ahora perversidad, maldad o malos oficios en lo visto y escuchado.

Tampoco he sabido o me he percatado de que alguno de los participantes en la defensa de los intereses de los comunicadores, pretenda sacar raja personal, económica o profesional del “movimiento”, de ahí que me preocupa que haya voces que “a priori”, descalifican la lucha por tener mejores condiciones del ejercicio periodístico y la exigencia de la aparición con vida de SALVADOR ADAME y con los elementos con que cuento hasta el momento, solo puedo concluir, que ya se dio el surgimiento del “canibalismo gremial”, que es el elemento histórico que no ha permitido la unificación de dicho gremio.

Bueno, ni siquiera la desgracia de algunos, ha servido como lubricante para limar asperezas y alcanzar consensos, como que sí esas voces no fueran a estar potencialmente en riesgo en su integridad física, la de sus familias o la de sus bienes y hacen de la descalificación, el deslinde con una falsa modestia e independencia, es una pena que el empuje y el valor de protestar sea acallado más por el de casa que el ajeno. ¡Lástima!

Claro que no es la primera vez que alguna de las obras que realiza el ayuntamiento “independiente” de Morelia que preside PONCHO MARTÍNEZ ALCÁZAR, es sujeta del escrutinio público y su respectiva desaprobación, ejemplo de ello lo ha sido el controvertido “Parque Lineal” del río chiquito, empero, en los último días, en las redes sociales se han compartido masivamente, fotografías del inicio de una banqueta a la que le hicieron un acceso para personas con discapacidad, solo que con un pequeño detalle, a media rampa de acceso para discapacitados hay un poste de concreto, que por supuesto impediría tal acceso.

El escarnio y la condena pública no se han hecho esperar, ante tal aberración de obra pública, pues racionalmente es inexplicable que, -se supone-, el ayuntamiento contrata a los más expertos en obra civil y cometan errores de esa magnitud, que en lugar de demostrar esa experiencia, solo revela que pueden hacer muchas cosas, pero obra pública no.

Por otro lado, se demuestra que la asignación de la obra pública en el municipio de Morelia, se hace al contentillo de la autoridad o bien, presume la posibilidad de que se asigne no al más experto, sino al más “generoso” con el respectivo moche, de manera que la aberrante obra en la calle Iretiticatame esquina con la calle Pirindas en la Colonia Félix Ireta, también es responsabilidad de la autoridad municipal, pues es ésta la responsable de contratar a la constructora.

Ante el escándalo en medios, trascendió una conversación de la directora de comunicación social del ayuntamiento de Morelia MIRIAM ALARCÓN, quien tratando de atajar las agrias críticas, solo atinó a decir: “La obra aún no está concluida ni entregada al municipio, si se corrigen cosas o duplican trabajos, es cuestión de la empresa contratada, no sería gasto adicional por parte del ayuntamiento sino de la constructora. Y están en periodo de correcciones y supervisión por parte de la secretaría de Desarrollo metropolitano e infraestructura.”

Lo curioso del asunto es, que en cualquier obra pública se paga al constructor por medio de lo que se conoce como “estimaciones”, es decir, una estimación porcentual del avance de la obra y en esa proporción se le van suministrando recursos a la empresa contratada, de manera que no haberse dado cuenta de tal aberración en la ejecución de la obra por parte de la autoridad municipal, infiere que los responsables de hacer tales “estimaciones”, no hacen bien su trabajo de supervisión y evaluación, de lo contrario hubiesen dejado de pagar tales “estimaciones” para que de inmediato se corrigiera en entuerto, pero no, se dieron cuenta por la denuncia pública.

Pero además, corrigieron la garrafal falla simplemente desapareciendo la rampa de los discapacitados y asunto arreglado. Qué fácil. Pero no es la única aberración, hay más cómo podemos apreciar en la tercera foto de esta entrega, la rampa para discapacitados está desubicada o desalineada y no la han corregido a pesar de tener mucho tiempo más.

En efecto, esa fue la expresión del presidente municipal moreliano PONCHO MARTÍNEZ, al serle notificada la protesta de comerciantes del centro histórico, pues están inconformes con la famosa “peatonalización” del centro histórico de la capital del estado, obra cumbre y emblema de la administración “independiente” que preside MARTÍNEZ ALCÁZAR.

Iniciaron tal protesta los comerciantes de la calle Ignacio Zaragoza, los que entre otras cosas se quejan de la reducción de las banquetas para favorecer “a otros” sin especificar a quienes, pero subrayan que con la reducción delas banquetas con pequeños postes, pone en riesgo a los peatones y perjudica a su clientela

De igual manera, los comerciantes de la calle de Eduardo Ruíz, casi se le amotinaron al edil moreliano, para hacerle saber de su protesta por la obras de peatonalización, pues insisten que ya hicieron sus respectivas reflexiones y la falta de circulación vehicular, impactará directamente a sus negocios por la falta de clientes, los que no podrán acercarse a los negocios en sus vehículos y recodaron lo que pasó con los comercios a un costado del puente vehicular de la salida a Charo, la gran mayoría desaparecieron por que los clientes ya no podían pararse cerca de sus negocios.

Fueron de carcajada las declaraciones del director del OOAPAS, ROBERTO VALENZUELA CEPEDA, quien con un cinismo inaudito expresó que las inhabilitaciones que le impuso la Secretaría de la Función Pública del gobierno federal, no “son vinculantes” con cargos estatales o municipales, por lo no implica riesgo de penalizaciones a la administración local o de invalidación de los actos desempeñados por el funcionario durante el periodo que estuvo vigente la sanción”

Y es que al señor VALENZUELA CEPEDA le fueron impuestas sendas sanciones en los años 2015 y 2016, pues no se le pegó la gana el presentar en tiempo y forma su declaración patrimonial como le obliga la ley en la materia, de manera que fue sancionado.

Como la sanción ya transcurrió, el director del OOAPAS gestiona ante el tribunal de justicia administrativa o su equivalente en materia federal, la eliminación del registro de la sanción por irregularidades en las fechas de su imposición.

Una cosa sí es cierta, ROBERTO VALENZUELA fue sancionado por la autoridad federal por incumplimiento de la ley o por violar la ley y en esa tesitura, es un ex funcionario público federal que ya no tiene buena fama pública y por lo tanto, ética y moralmente no debió ser contratado como director de ese organismo paramunicipal, pero como el presidente municipal adolece de los mismo principios, éstos no influyeron o se consideraron para decidir su nominación como director general del OOAPAS. Dios los hace y ellos se juntan.