21 de marzo, 2017 — Noruega sigue siendo el país más desarrollado del mundo y el promedio de vida en Suazilandia es de 48,9 años, 35 menos que en Hong Kong, donde viven los más longevos del planeta.
El mundo ha superado desafíos que parecían intimidatorios hace 25 años, con más de 2.000 millones de personas fuera de la pobreza y, sin embargo, casi 800 millones subsisten hoy con menos de 2 dólares diarios.
Esos y otros datos se incluyen en el Informe de Desarrollo Humano 2016, presentado este martes en Estocolmo, en una ceremonia que contó con la participación del primer ministro sueco, Stefan Löfven, y la directora del PNUD, Helen Clark.
El impresionante avance alcanzado en desarrollo humano durante los últimos 25 años sigue dejando atrás a muchas personas, que afrontan obstáculos estructurales, a menudo no cuantificados, para salir adelante.
El informe señala que para garantizar un desarrollo humano sostenible para todas las personas, resulta necesario centrar los esfuerzos sobre quienes hasta ahora han sido excluidos y adoptar medidas para enfrentar las barreras que los marginan.
El Informe constata que, aunque en promedio el nivel de desarrollo humano mejoró considerablemente en todas las regiones del mundo entre 1990 y 2015, una de cada tres personas sigue viviendo con bajos niveles de desarrollo humano.
Al presentar los principales hallazgos del documento, Helen Clark señaló que no solo hay millones de personas que aún sufren carencias extremas, sino que las desventajas afectan de manera desproporcionada a ciertos grupos.
“El índice de Desarrollo Humano, como promedio, ha tenido avances indiscutibles en todas las regiones, pero cuando se hurga debajo de las cifras, queda claro que hay muchas personas que apenas se han beneficiado. Un tercio de la población mundial vive con bajos niveles de desarrollo”, señaló.
Clark añadió que millones de esas personas viven en países considerados desarrollados o de ingresos medios.
El informe apunta además que las mujeres y las niñas, los habitantes de las zonas rurales, los pueblos indígenas, las minorías étnicas, las personas con discapacidad, los migrantes y refugiados y la comunidad LGBTI se encuentran de manera desproporcionada representadas entre los más marginados.