17 de marzo, 2017 — La crisis de refugiados en Sudán del Sur se ha convertido en la de más rápido crecimiento a nivel mundial y Uganda y otros países vecinos necesitan ayuda urgente para asistir a los sur sudaneses que llegan, advirtió la Agencia de la ONU para los Refugiados, ACNUR.
A causa de la violencia, el conflicto y la hambruna, 1.6 millones de personas han sido desplazadas desde Sudán del Sur a zonas aledañas. Para el ACNUR, el número es alarmante y representa una carga imposible para una región que es significativamente pobre y que no cuenta con recursos suficientes para afrontar la situación.
Los refugiados huyen hacia Sudán, Etiopía, Kenya, República Democrática del Congo y la República Centroafricana, pero casi la mitad han cruzado a Uganda, donde la situación es crítica. El flujo alcanzó su cúspide en febrero cuando 6.000 personas cruzaron diariamente a ese país desde Sudán del Sur.
Las instalaciones para ayudar a las personas en tránsito en el norte de Uganda están abarrotadas y las lluvias recientes han empeorado aún más la situación de los refugiados.
Según ACNUR, esta crisis pone a prueba los compromisos asumidos por la Cumbre de Refugiados y Migrantes celebrada en Nueva York en 2016, que pidió la adopción de medidas para integrar los esfuerzos humanitarios con los de desarrollo, al brindar tierras a los refugiados, incluirlos en los programas nacionales y darles la oportunidad de empleo.
Uganda es uno de los países que más impulsa estas iniciativas pero necesita un apoyo urgente y a gran escala. La financiación solicitada para los refugiados de Sudán del Sur solo alcanza un 8% de los 718 millones de dólares necesarios, mientras que los fondos para Uganda están cortos por más de 260 millones.