Columna Política «ELQUENOCAE…», Por Leopoldo G. Arenas (15-02-17).- El título de este artículo puede remitirnos a una época del pasado histórico de nuestra nación, pero no, es un tema vivo, vibrante y más que actual.
Dentro de la campaña mediática impulsada por los grupos conservadores, se ha generado la impresión de encontrarnos en un país en crisis, sin recursos económicos y bajo un esquema de inseguridad que pudiere suponer un Estado Fallido.
Como parte del gran plan para entregar los recursos naturales a las organizaciones internacionales, los gobiernos mexicanos desde Miguel de la Madrid han desmantelado las principales industrias extractivas del país.
Desde Luisiana, Texas, Nuevo México, Arizona, pasando por el Golfo de México, la zona económica costera de Cuba, Venezuela y toda la franja marítima de Brasil, existe auge en la producción de hidrocarburos, en nuestro México nos dicen que estos se están acabando, dejamos de invertir en exploración, en refinación y en petroquímica básica. Pasamos de ser exportadores netos y generadores de divisas a importadores.
Bajo la premisa anterior, en esta administración se está desmantelando a Pemex y entregando a empresas extranjeras los campos en donde existen de manera prospectiva recursos.
Pero se preguntara amable lector que tiene que ver lo anterior con el nombre de esta colaboración.
Desde los inicios de la vida independiente de México, la lucha entre liberales y conservadores forma parte de la vida diaria, pasaron 50 años desde la entrada triunfal de Iturbide a la Ciudad de México para lograr consolidar un país. Se perdió territorio al sur, las ahora repúblicas Centro Americanas formaban parte de nuestro país y de 1821 a 1823 tuvieron representación en nuestro congreso, se independizaron cuando en el primer enfrentamiento liberal conservador, se derroca al primer gobernante del México Independiente –quien por cierto no fue Guadalupe Victoria si no Agustín de Iturbide-, de igual manera se pierden los territorios que formaban parte del país en Asia y las Filipinas (esto nunca lo menciona la historia oficial).
En el siguiente enfrentamiento, perdemos la Alta California, Arizona y Nuevo México, se independiza Texas.
Cuando Juárez ve amenazado su poder, negocia a cambio del apoyo gringo la mitad de lo que hoy es el territorio nacional (si no fuera por problemas internos dentro de los Estados Unidos, se hubieran aprobado los tratados respectivos y la frontera la tendríamos a pocos kilómetros de la Ciudad de México).
Porfirio Díaz logra consolidar la nación por más de treinta años, es en 1910 cuando resurgen los problemas, desatando una guerra interna de 25 años.
Con todo y la fuerza de los Caudillos de Sonora, la guerra cristera mantiene patente el conflicto entre las dos grandes fuerzas.
La creación del Partido Nacional Revolucionario y su transformación a Revolucionario Institucional le otorgan el poder a los Liberales por casi 50 años.
El término de la guerra fría y los nuevos equilibrios de poder a nivel mundial originan que de nueva cuenta los ojos de los grupos conservadores internacionales se dirijan a México y a su riqueza natural.
La llegada al Poder de Donald Trump y la manera en que inicia su periodo presidencial lo demuestran, comienza con brazos extendidos hacia naciones conservadoras. Pero tanto al interior en relación a las políticas liberales implementadas por sus antecesores, como al exterior, en especial con México, saca el garrote y trata de imponer sus criterios.
Bajo el pretexto del déficit en la relación comercial, de los “bad” hombres y de la inmigración indocumentada, está presionando al gobierno de Peña Nieto buscando incrementar la presencia conservadora en la toma de decisiones nacionales.
Ante el incremento del apoyo que están sufriendo los grupos progresistas nacionales llámense liberales, los grupos reaccionarios o conservadores, están con el apoyo gringo, generando las bases del que será el nuevo enfrentamiento.
Pobre México, tras doscientos años de conflicto, ahora que parte del territorio perderemos.
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