09 de enero, 2017 — Afganistán sigue siendo uno de los países en crisis más peligrosos y violentos del mundo, subrayó hoy la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) al describir la magnitud de las necesidades en ese país para 2017.
El organismo de la ONU mencionó que la continua agudización de la emergencia y la extensión geográfica del conflicto han provocado un aumento de 13% en el número de personas que necesitarán ayuda en 2017, ascendiendo a 9,3 millones.
Otro grave problema, según OCHA, son las violaciones de las leyes humanitarias y de derechos humanos que ocurren con regularidad, lo que abarca asesinatos selectivos, reclutamientos forzosos y ataques contra instalaciones sanitarias y educativas.
En los primeros nueve meses de 2016 casi 8.400 civiles murieron, la cifra más alta registrada hasta ahora. La cantidad incluye un 15% de aumento en los decesos de niños en comparación con 2015.
Los enfrentamientos en tierra continuaron siendo la principal causa de esas fatalidades.
Otra cuestión es la cantidad de personas en movimiento. En 2016, dijo OCHA, el conflicto generó un número sin precedentes de desplazados, alcanzando medio millón de personas en noviembre, la cifra más alta registrada hasta ahora.
Los niños representan el 56% de los desplazados y constituyen un grupo en alto riesgo de sufrir abusos, explotación y de verse forzados a abandonar la escuela.