03 de enero, 2017 — Al menos 5,5 millones de personas continúan sin agua en la ciudad de Damasco desde el 22 de diciembre debido a los combates en el área de Wadi Barada, donde se origina gran parte del suministro para la ciudad.
La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) expresó preocupación por la salud de la población ya que esta situación podría fomentar enfermedades causadas por agua contaminada, que afectan especialmente a los niños.
En un comunicado, el equipo humanitario de Naciones Unidas en Siria, declaró que el suministro de agua fue atacado deliberadamente.
“No estamos en posición de decir quién atentó contra el suministro de agua, pero claramente no dejó de funcionar de forma espontánea”, subrayó Jean Laerke, portavoz de la Oficina en una conferencia de prensa en Ginebra.
Por su parte las autoridades sirias activaron un plan de emergencia para satisfacer la demanda mínima de la ciudad de Damasco. Se están utilizando camiones para distribuir agua principalmente a escuelas, hospitales, panaderías y algunos vecindarios.
Como parte de la respuesta de las Naciones Unidas en materia de agua, saneamiento e higiene en Siria, la ONU rehabilitó y equipó varios pozos en la ciudad y sus alrededores que cubren aproximadamente un tercio de las necesidades diarias de agua. Desde el 22 de diciembre, esos pozos han sido la única fuente del preciado líquido para la población.
Asimismo, Naciones Unidas están suministrando combustible y generadores para aumentar la capacidad de bombeo de agua, financiando obras de reparación y transportando agua a 50 escuelas prioritarias y algunas zonas rurales de Damasco.