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¿Protestar implica joder a los demás? (Columna «Bajo la Lupa»)

Columna «Bajo la Lupa», Por Armando Saavedra (03-I-17)
¿PROTESTAR IMPLICA JODER A LOS DEMÁS?
Por supuesto que cualquiera que tenga el mínimo de sentido común, estará en contra de los abusos del estado en la administración pública, abusos como el denominado “gasolinazo” con el que amanecimos este primero de enero, donde el apreciado y necesario combustible aumentó su precio de entre el 15 y el 20%, dependiendo de la zona del país donde se comercialice.

Pero también ese mismo sentido común nos debe llevar a una reflexión, para encontrar las formas de protestar por esos abusos del estado, formas que logren algún objetivo, por que históricamente nos hemos pronunciado en contra de que las manifestaciones, de cualquier tipo, afecten a terceros, pues estas afectaciones lo que generan es repudio y falta de solidaridad con los manifestantes.

Esta ocasión, ¿a quién se perjudica con cerrar las carreteras y “tomar” las gasolineras? Por supuesto que al gobierno, a la élite gobernante no. Al contrario, los grupos de inteligencia del estado, al diseñar el control de daños por acciones gubernamentales que causan inconformidad, invariablemente se contemplan las marchas, plantones y tomas, las que se sabe, tiene una curva de consistencia muy corta, sobre todo cuando la organización social es espontanea, pues cuando su consistencia se prolonga, es por la intervención de grupos de presión “profesionales” o poderes fácticos que financian dichos “movimientos”.

Así, el estado sabe cómo resolver el entuerto, pues en el primer caso es el tiempo el que las desintegra y en el segundo de los casos, se identifica al grupo de presión o al poder fáctico y en consecuencia se determina el “costo” que terminar la manifestación tiene.

PRESIONEMOS AL ESTADO, NO AL PUEBLO
Sí verdaderamente se quiere presionar al estado por el aumento en el precio de los combustibles, como el gas doméstico, las gasolinas y el diesel, se deben de enfocar las protestas hacía los órganos del estado, como la toma de oficinas públicas o bien organizar un huelga de pagos de los impuestos, pues ahí sí le pegamos en donde le duele al estado.

Lo hecho hasta el momento, solo afecta el desarrollo de la sociedad y se torna igual de perverso que lo hecho por el gobierno, cuyas consecuencias solo afectan al mismo pueblo.
El bloqueo de carreteras y expendios de combustibles, no funcionan como elementos de presión hacía el estado, para que éste revierta su decisión de aumentar los precios, al contrario, se consideran como válvulas de escape social, de manera que al final de cuentas solo ayudan al propio estado.

SOLO LOS DIPUTADOS
En efecto, quien hizo el entuerto, lo debe deshacer y en este sentido son los diputados federales los responsables del aumento de los combustibles, pues solo ellos y nadie más, aprobaron tales aumentos de precios.

Así las cosas, nuestras manifestaciones deben de enfocarse a los diputados federales, presionarlos “tomando” el Palacio de San Lázaro, como se conoce a la cámara de diputados o bien, señalándolos en donde los encontremos, exigiéndoles que den marcha atrás con lo aprobado en el presupuesto de egresos de la federación o en la ley de ingresos o en el instrumento legal que permitió el aumento a los combustibles.

Día a día, así, todos los días, hagámosles “bulling” en donde los encontremos y por supuesto que también a los funcionarios públicos de la federación, hasta que por pena, cansancio o lo que sea, tomen la decisión de recular. Eso sí es protesta y seguro que les dolería. Lo demás, tomar carreteras y gasolineras, son acciones fallidas.

¿Y EL AUMENTO AL TRANSPORTE, APÁ?
Menuda cortina de humo les cayó del cielo a los transportistas con el asunto de las gasolinas y demás combustibles, pues lo del aumento a la tarifa del transporte está pasando de noche, pues desde el pasado 13 de diciembre, el coordinador general de la COCOTRA el llamado “capitán Furia” MARCO ANTONIO LAGUNAS VÁZQUEZ, publicó en el periódico oficial del estado el acuerdo administrativo donde se autoriza el aumento a la tarifa de 7 a 8 pesos, con las respectivas excepciones de que los enfermos con cáncer que lo acrediten, no pagan por usar el transporte público y para los de la tercera edad, se le deberá cobrar una tarifa de 7 pesos.

CASAS DEL ESTUDIANTE, GUARDAN SILENCIO
Como no recodar aquellas batallas, que no solo los moradores de las casas de estudiante, sino la comunidad estudiantil de la Universidad Michoacana libraron durante muchos años, en defensa de la sociedad michoacana, impidiendo que los aumentos a las tarifas del transporte público fueran exageradas.

Hoy, por desgracia, el espíritu nicolaita está durmiendo el sueño de los justos, el estudiantado se encuentra de vacaciones y no tiene tiempo de abordar los verdaderos problemas sociales, seguramente han de estar cansados después de tantos días de paro por el proceso de inscripciones. En fin, ya vendrán mejores generaciones.

SERVICIO PÚBLICO SOBRE OFERTADO
Según el dictamen publicado el periódico oficial del estado por el titular de la COCOTRA, en el estado de Michoacán se tienen otorgadas 38, 307 concesiones para las diferentes modalidades del servicio público de pasaje, repartidas entre los 113 municipios, de manera que en virtud de tal dictamen, no es posible otorgar más concesiones, pues las existentes se consideran mayor oferta que el servicio que demanda la ciudadanía.

OBSOLETO EL HOMBRE CAMIÓN
Los números son crueles y con solo echarles un vistazo no daremos cuenta que en nuestro estado hay muchas concesiones para prestar el servicio público, sin embargo, éste es deficiente y anacrónico, pues existen en exceso unidades de alto costo y poca capacidad, como es el caso de los taxis, pues de las 38 mil 307 concesiones que hay en el estado, 26 mil 792 corresponden al servicio de autos de alquiler, cuyo potencial de transportación en mínimo y por el contrario, el servicio del camión urbano, el que proporciona transporte masivo, solo tiene 1, 123 unidades.

¡Ha! Las llamadas combis, que se denominan Colectivo Urbano, circulan en nuestro estado la friolera de 4 mil 518 unidades. En pocas palabras, tenemos muchos transporte público, pero que transporta poca gente.

TRANSPORTE MASIVO, LA SOLUCIÓN
En los países avanzados, la modalidad del transporte masivo es la que se está imponiendo, pues contribuye a una menor contaminación y abarata los costos de operación.

En nuestro país, muchas ciudades están optando por este tipo de trasportación masiva, pues resuelve en gran parte los problemas de movilidad urbana y por la otra, los transportistas que trabajan de manera individual dejan de hacerlo y se integran a empresas de transporte en calidad de socios, lo que hace un buen negocio para todos. Transporte masivo, barato y redituable, así de fácil. ¿Querrán nuestros transportistas? Habrá que ver.

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