Columna Política «Repercusiones», Por Samuel Maldonado Bautista (31-X-16)Se necesita ser valiente para buscar la paz en Colombia, y Peña Nieto, refrendó la disposición de auxiliar con casi veinte millones de pesos para ser utilizados en los trabajos de desminalización, limpieza o recolección de las bombas sembradas en el territorio que dominaba y domina aun, las guerrillas colombianas. Un millón de dólares es la cifra prometida a Colombia, que ciertamente para Rico Mac Pato, Bailleres, Slim, y muchísimos otros que tienen un potencial económico, seguramente que ni sudan ni se acongojan… ¡sería como quitarles un pelo del bigote o de la calva!
Los colombianos e incluso o el propio Presidente Santos, pueden creer en las promesas del residente de Los Pinos, pero los mexicanos que nos hemos quemado hasta con el jocoque, le soplamos a la leche; en otras palabras, me atrevo a afirmar que los mexicanos, en su amplia mayoría, no le creemos nada, absolutamente nada.
No le creemos que haya leído ni siquiera tres libros; dudamos de sus conocimientos geográficos no obstante sus frecuentes giras de turista alrededor de esta esfera terrestre, pues desde las alturas sólo se ven los arcoíris o las nubes entre las que siempre anda volando.
En su campaña a la presidencia de la República, el oriundo del Estado de México, prometió ( y firmó ante el Notario Público 266) que de llegar a Palacio Nacional, el crecimiento económico de nuestro país sería de 5% al 6% y que realizaría una serie de reformas estructurales para alcanzar tal fin. Desde luego que lo ha logrado y en relación con las reformas prometidas, su objetivo era la suma aprobatoria del partido que nació como un esperanza para México y que ahora se encuentra, por sus yerros y traiciones, en el ocaso de su existencia.
No negamos que ha tenido varios logros, aun cuando éstos no fueron publicitados por él. Prácticamente le ha dado varias vueltas al mundo y trae de cabeza a nuestro país y eso no es fácil; han sido más de 47 viajes internacionales que los expertos en economía han observado y que, hasta el mes de enero de este año que está cerca de concluir, se ha gastado (La Jornada, enero /2016) poco más de 200 millones de pesos, así que veinte millones de pesos más en lo de las minas, no cuenta mucho pero mucho cuenta su distracción en esos viajes que lo alejan de la problemática nacional.
Han sido pues 47 fatigosas giras en lo que lleva de gobierno. Imagínese el lector lo cansado que es estar, allende la frontera de México, dos o tres días por mes en esos viajes con protocolos muy complicados y difíciles de entender en lenguas extranjeras
En su viaje de solidaridad cuando el fallecimiento de Nelson Mandela, en gira de cuatro días, gastó 224 mil dólares; es decir, 56 mil dólares diarios. Pero bueno, esos viajes le dan prestigio a vuestro país, al suyo y al mío, estimado lector.
Pero volviendo al principio, “se necesita ser valiente –indicó Peña a su par el presidente colombiano, para buscar la paz y la tranquilidad. Cincuenta y tantos años de guerra son medio siglo de desencuentros y cansados, gobierno y guerrillas, buscan lo que quisiéramos nosotros en México y que perdimos precisamente cuando el ilegal y truculento Felipe de Jesús, llegó a Michoacán con sus soldados e inició una guerra que ha crecido en muchos estados más y que amenaza con un incremento de la potencialidad de las varias guerrillas que a lo largo y ancho de esta república campean por todas partes.
Peña Nieto se afana por ayudar a Colombia y se aprecia la cooperación fraterna pero en tiempo de hambres y dificultades, primero México y que ayude en lo particular con dinero de sus muchos amigos los empresarios consentidos.