27 de octubre, 2016 — Más de un millón de personas en países de renta baja y media se han beneficiado de un revolucionario tratamiento para la hepatitis C que empezó a implementarse hace dos años, informó hoy la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Sin embargo, el elevado precio de los antivirales de última generación, conocidos como DAA y desarrollados para tratar la enfermedad, los coloca lejos del alcance de la mayoría de los 80 millones de personas que padecen esa infección crónica en el mundo.
Los DAA lograron su aprobación en 2013 y pueden curar completamente el 95% de los casos en un plazo de tres meses, con menos efectos secundarios que los otros fármacos disponibles.
Cuando se presentó la nueva terapia, el precio del tratamiento por paciente era de 85.000 dólares, por lo que se pensó que sería inasequible aún en los países ricos.
Ante este panorama, la OMS y sus socios, en colaboración con las autoridades de algunos países de renta baja y media –entre los que se cuentan Argentina, Brasil y Egipto–, adoptaron una serie de estrategias para ampliar el acceso de los enfermos de hepatitis C a los nuevos medicamentos.
Dichas medidas incluyen la fabricación genérica de los fármacos gracias a acuerdos sobre patentes, la producción local de las medicinas y la negociación de acuerdos sobre precios.
La implementación de esas medidas ha permitido, por ejemplo, que Egipto disminuyera de 900 dólares en 2014 a menos de 200 en 2016 el precio por paciente del tratamiento de tres meses.
El director del Programa Globlal de la OMS contra el VIH y la Hepatitis, el doctor Gottfried Hirnschall, afirmó que ampliar al máximo el acceso a esas terapias es una prioridad de la agencia de la ONU.
“Es alentador ver que los países hayan empezado a avanzar en ese terreno. No obstante, los tratamientos siguen estando fuera del alcance de la mayor parte de la gente”, advirtió.
En este sentido, la OMS aseveró en un informe publicado hoy que trabaja con los Gobiernos de los países más afectados para elaborar nuevos modelos que permitan disminuir los precios de éstos y otros medicamentos para beneficiar a la población.
Según la OMS, la hepatitis C causa la muerte de unas 700.000 personas cada año, además de que socava los recursos y capacidad de los sistemas de salud nacionales.