14 de enero del 2025.- Ucrania ha reivindicado haber realizado durante la noche del martes el ataque «más masivo» de la guerra contra instalaciones militares e industriales ubicadas en varias regiones de Rusia. Según Moscú, en los ataques se han empleados misiles occidentales, en concreto, seis misiles ATACMS estadounidenses y Storm Shadow británicos. Ha asegurado que todos los proyectiles han sido derribados sin causar víctimas.
Por su parte, una fuente del servicio de seguridad ucraniano ha asegurado a la agencia AFP que «los misiles impactaron directamente en el lugar» y provocaron «un gran incendio». En concreto, se ha referido a la planta química de Seltso, en la región de Briansk, que según Kiev produce componentes para artillería, lanzacohetes múltiples, aviación y misiles.
«Las fuerzas de defensa ucranianas llevaron a cabo los ataques más masivos contra objetivos militares (…) a una distancia de entre 200 y 1.100 kilómetros de profundidad en Rusia», ha celebrado el Estado Mayor ucraniano. Según esta fuente, los ataques alcanzaron «con éxito» un depósito de petróleo en Engels (Saratov), que ya había sido bombardeado el pasado 8 de enero, provocando un incendio que duró cinco días y en el que murieron dos bomberos rusos.
Las fuerzas ucranianas han aumentado los ataques aéreos en los últimos meses contra depósitos de combustible y sitios militares en Rusia para obstaculizar la logística de las fuerzas rusas que luchan en territorio ucraniano. Los ataques han tenido como objetivos principales la República de Tartaristán y la región de Saratov, en el Volga, ambas zonas con abundante presencia de refinerías; así como la región fronteriza de Briansk y la de Tula, cerca de Moscú.
Rusia promete una «respuesta sistemática»
Ante la avalancha de ataques aéreos, Rusia ha prometido una «respuesta sistemática» a cualquier ataque occidental con misiles en su territorio, e incluso ha amenazado con atacar el centro de Kiev o utilizar su nuevo misil hipersónico experimental Oreshnik.
Las autoridades locales rusas también han informado de un ataque ucraniano en los suburbios de Kazán, capital de Tartaristán, donde «un tanque de gas se incendió (…) tras un ataque con drones», según ha indicado en Telegram el Gobierno local. El organismo ha asegurado que «nadie resultó herido».
En la región de Saratov, situada a unos 700 kilómetros al sureste de Moscú, «dos empresas industriales resultaron dañadas» tras un “ataque masivo con drones”, ha escrito en la misma red social el gobernador regional Roman Boussargin.
Por su parte, el jefe del centro de lucha contra la desinformación de Ucrania, Andri Kovalenko, se ha burlado de las «deficiencias del sistema de defensa aérea ruso». «Refinerías de petróleo, depósitos de petróleo, fábricas que producen componentes de armas, tantos elementos sin los cuales el ejército ruso no podrá luchar intensamente», ha asegurado.
Rusia y Ucrania presionan en el frente antes de la llegada de Trump
Kiev y Moscú han intensificado sus ataques en los últimos meses y quieren reforzar sus posiciones antes de que Donald Trump regrese a la Casa Blanca el 20 de enero. El presidente electo estadounidense ya ha anunciado que quiere trabajar para detener la guerra tan pronto como asuma el cargo.
Sobre el terreno, las fuerzas rusas continúan su avance, reivindicando la captura de dos pueblos en el este de Ucrania: Terny y Neskoutchné, que habían sido liberados por las tropas ucranianas de una primera ocupación rusa en octubre de 2022 y junio de 2023, respectivamente.
Aunque el epicentro de los combates sigue estando cerca de Pokrovsk y Kurájove, las fuerzas ucranianas también luchan por contener la creciente presión rusa hacia Izium y Limán, que amenaza con ampliar la zona de control del ejército ruso en el este de la región de Járkov y en el norte de Donetsk, cerca de las ciudades clave de Kramatorsk y Sloviansk.
La mayoría de los combates se producen en el oeste de la región de Donetsk, pero el noreste de la línea del frente también se ha convertido en una de las zonas más calientes, según el corresponsal militar Yuriy Butusov.
Por el lado ucraniano, el ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, se ha desplazado hasta Kiev para discutir la continuidad del apoyo militar a Ucrania. Alemania es el segundo mayor proveedor de ayuda militar a Ucrania, detrás de Estados Unidos, pero la escala y la naturaleza de este apoyo son objeto de muchas evasivas. Es probable que la cuestión ucraniana esté en el centro del debate político de cara a las elecciones alemanas de febrero.