26 de diciembre del 2024.- Israel ha vuelto a atacar Yemen como respuesta a los lanzamientos de cohetes a territorio israelí por parte de los rebeldes hutíes. El Ministerio de Salud y Medio Ambiente, controlado por los hutíes, ha confirmado que al menos seis personas han muerto y 40 han resultado heridas en los bombardeos, que han tenido como objetivo infraestructuras de la costa oeste y zonas del interior.
La aviación israelí ha lanzado un ataque «basado en inteligencia» contra infraestructuras que, asegura, son utilizadas por los hutíes en el aeropuerto de Saná, las centrales energéticas de Hezyaz y Ras Kanatib y otras posiciones en el puerto de Hodeida, Salif y Ras Kanatib, en la costa oeste, según un comunicado militar.
El portavoz oficial del Ministerio de Salud hutí, Anees Alasbahi, ha compartido el balance preliminar en su cuenta oficial de X, en una publicación en la que ha recordado que entre los heridos de aeropuerto se encontraba el copiloto del avión que transportaba al director de la Organización Mundial de Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien afirmó en su perfil en la misma red social que se encontraba sano y salvo junto con su equipo.
Ghebreyesus ha explicado que se encontraba a punto de subir a un avión en Saná cuando Israel ha atacado y ha confirmado la muerte de al menos dos personas. «Mientras estábamos a puntos de abordar nuestro vuelo desde Saná, hace unas dos horas, el aeropuerto fue atacado por un bombardeo aéreo», ha dicho Ghebreyesus en su cuenta de X, a lo que ha añadido que «al menos dos personas han sido reportadas muertas en el aeropuerto» y que tanto la torre de control, el salón de salida y la pista han resultado dañadas.
Al igual que ocurre con cada ataque que lleva a cabo en Gaza, el Ejército ha denunciado «la explotación por parte de los hutíes de las infraestructuras civiles para objetivos militares». Asimismo, ha acusado al grupo armado de apoyarse en la financiación iraní y de actuar como un agente de la república islámica, atacando barcos internacionales en el mar Arábigo, el Rojo y el estrecho de Bab al Mandab, para desestabilizar la región.
«Las fuerzas armadas no dudarán en actuar a cualquier distancia contra cualquier amenaza al Estado de Israel y sus ciudadanos», ha afirmado el Ejército.
El aeropuerto internacional de Saná reanudará sus operaciones este viernes, según ha informado a última hora del jueves la Autoridad de Aviación Civil y Meteorología de Yemen.
Netanyahu: «Persistiremos hasta completar la tarea»
El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, ha asegurado tras los ataques que Israel persistirá «hasta completar la tarea» de neutralizar a los hutíes, a los que se ha referido como «el brazo terrorista de Irán». «Estamos en la Guerra del Renacimiento», ha dicho el líder israelí en un vídeocomunicado desde la base aérea donde, junto al jefe del Estado Mayor, Herzi Halevi, y el ministro de Defensa, Israel Katz, ha seguido los bombardeos.
Los rebeldes hutíes, al igual que en su momento la organización chií libanesa Hizbulá, comenzaron su campaña de lanzamiento de cohetes a Israel a raíz de la ofensiva en Gaza y han informado desde entonces de sus ataques como un acto de «apoyo al pueblo palestino».
El movimiento islamista palestino Hamás ha condenado los recientes ataques a Yemen. La organización menciona «la brutal agresión terrorista llevada a cabo por el enemigo sionista contra nuestros hermanos en Yemen, dirigida contra lugares civiles», en un comunicado en el que asegura que estos bombardeos son «una extensión de la anarquía y el terrorismo desplegados por el Gobierno de ocupación (israelí) contra el pueblo palestino y otros pueblos de la región».
El pasado 17 de enero, Estados Unidos anunció que volvía a designar como una organización terrorista al grupo rebelde yemení, algo que ya hizo Donald Trump durante su primera Administración y luego revirtió el Gobierno de Joe Biden.
Los hutíes califican el bombardeo de un «crimen contra el pueblo yemení»
Los rebeldes chiíes hutíes han calificado los bombardeos israelíes como un «crimen sionista contra todo el pueblo yemení». El portavoz político de la formación yemení, Mohamed Abdelsalam, ha afirmado en su cuenta oficial de la red social X que «atacar el aeropuerto internacional de Saná y otras infraestructuras civiles es un crimen sionista contra todo el pueblo yemení».
«Esta es la política de este enemigo criminal que mató a millones de palestinos y cometió genocidio en Gaza», ha añadido Abdelsalam, quien ha reiterado que este ataque israelí «no impedirá que Yemen apoye a Gaza», y ha remarcado que los hutíes seguirán respaldando al pueblo palestino.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores hutí, Gamal Amer, también ha condenado el bombardeo israelí contra infraestructuras civiles en un escueto comunicado publicado en la misma red social. «¿Cómo puede un criminal como Netanyahu entender que infraestructuras como el puerto y las centrales eléctricas no son objetivos militares secretos? Más bien, es una indicación de fracaso y falta de ingenio», ha comentado.
Según el ministro, este ataque es «un desprecio hacia las Naciones Unidas» y, por ello, ha hecho un llamamiento a la ONU y a otros organismos internacionales «para que penalicen tales acciones que contradicen los principios y leyes internacionales».
Guterres dice que es «especialmente alarmante» la tanda de ataques
Por su parte, el secretario general de la ONU, António Guterres, ha considerado «especialmente alarmante» la tanda de ataques lanzados por Israel contra el aeropuerto de la capital yemení, Saná, y varios puertos e infraestructuras eléctricas de Yemen.
Los ataques «suponen un grave riesgo para las operaciones humanitarias en momentos en que millones de personas necesitan ayuda de supervivencia» y en un país que no solo es el más pobre del mundo árabe, sino que sufre una devastadora guerra civil desde hace más de diez años.
«La legalidad internacional, incluyendo las leyes humanitarias, deben respetarse en todo momento», ha precisado Guterres, que ha llamado además a «respetar y proteger a los ciudadanos y las infraestructuras civiles», al tiempo que ha recordado que «el personal humanitario no debe ser blanco de ataques, sino de respeto y protección».