04 de octubre del 2024.- La tensión en Oriente Medio se ha trasladado al mercado del petróleo ante una posible represalia israelí a Irán tras su ataque con misiles a su territorio por la incursión del Ejército hebreo en el Líbano. El foco se centra ahora en la dimensión de la respuesta y en el posible objetivo. Estados Unidos ha bloqueado a Israel la opción de atacar instalaciones nucleares en Irán, pero este no es su único punto crítico: la destrucción o bloqueo de sus infraestructuras petroleras o de hidrocarburos podría poner en jaque la economía iraní y afectar al mercado internacional.
En caso de un ataque de grandes dimensiones, «el precio del petróleo se disparará y la inflación repuntaría. Además, permitiría que el petróleo ruso también subiera de precio, lo que sería una derivada también indeseada», ha explicado en una entrevista a La Hora de la 1, Enrique Ayala, analista de la Fundación Alternativas y general de brigada en la reserva.
Aunque infraestructuras como aeropuertos, instalaciones portuarias o puestos de mando y control pueden tener un gran efecto en el país, el ataque a la economía «sería de alto impacto» en una población civil «que vería que ellos van a ser los que más pierdan en una guerra», lo que afectaría desde dentro «al régimen de los ayatolás», añade, por su parte, el teniente general retirado del Ejército de Tierra, Francisco Gan Pampols, al Canal 24 Horas.
De momento, solo hay previsiones, pero las consecuencias ya se están notando. Este jueves los precios del petróleo subieron más del 5%. El precio del barril de Brent, de referencia en Europa, cotizó por la tarde a 76 dólares estadounidenses. Las subidas se han notado especialmente desde el 27 de septiembre, con un ascenso continuado a partir del 2 de octubre, día después del ataque iraní. En Estados Unidos, Wall Street cerró en rojo y el precio del petróleo intermedio de Texas se disparó un 5,15 %, acabando en 73,71 dólares el barril.
«(El petróleo) es el activo más volátil en un hipotético caso de escalada», ha señalado Gustavo Martínez, analista financiero, a Economía en 24 horas. «Está subiendo y lo normal es que siga subiendo ante potenciales conflictos en la zona», agrega.
Ormuz, ruta de exportación petrolífera
Se calcula que Irán tiene capacidad de refinar unos 2,41 millones de barriles diarios, lo que situaría al país entre los diez primeros productores de petróleo del mundo, pese a las sanciones impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea a este producto por sus actividades nucleares desde 2012.
Sobre la situación de estas infraestructuras, hay que distinguir entre «las instalaciones offshore, las que están fuera de la costa, de las que están en el territorio continental», ha afirmado Gan Pampols. «Las de fuera de la costa no sería una acción fácilmente justificable, porque se produciría una contaminación enorme en la zona del mar de Arabia. Las terrestres, las que están en territorio continental, afectaría a su producción y a la posibilidad de exportación», continúa.
Si se observa el mapa iraní, muchas de estas refinerías se encuentran en la costa, como es el caso de la de Star del Golfo Pérsico, una de sus principales instalaciones, con una producción de unos 420.000 barriles/día. También las de Bandar Abbas (330.000 barriles/día) o la de Laván (60.000 barriles). Entre las que menos producen, se encuentran Kermanshah (22.000 barriles/día), Aras 1 (3.000 barriles/día) y Yazd (3.000 barriles/día).
Algunos expertos apuntan a otros objetivos vulnerables. «Podría ser un ataque sobre la isla de Jark o Khark, una isla pequeña en el Golfo Pérsico, y la mayor terminal de exportación petrolífera de Irán», dice Ayala.
Estos puntos también juegan un rol geoeconómico importante al ser el Golfo Pérsico una ruta clave de exportación de petróleo y gas hacia otros países del entorno. El tramo más estrecho es precisamente Ormuz, al sur de la costa de Irán. En abril, Irán capturó un buque petrolero británico al que acusaba de estar «vinculado» con Israel. Esto se veía como una posible represalia por el ataque días antes de Tel Aviv al consulado iraní en Damasco, en el que murieron varios miembros de la Guardia Revolucionaria de Irán, entre ellos dos altos mandos.
«Los más perjudicados serían los países que no producen», indica Gan Pampols. Entre los mayores receptores de petróleo iraní se encuentran territorios como Siria o Turquía, pero también China, India, Corea del Sur o la propia Europa. Un conflicto en esta zona también podría dificultar el comercio y la salida de productos de Irak, Kuwait, Baréin, Catar y Emiratos Árabes Unidos, que rodean el Golfo Pérsico. En cuanto a Estados Unidos, «es autosuficiente en cuestión energética», dice Gan Pampols, pero puntualiza que, aun así, «no le interesa que se desestabilice la economía mundial», ya que acabaría por afectarle también.
“Los más perjudicados serían los países que no producen“
Para Gustavo Martínez, además del propio daño al comercio del crudo, el «peligro» recae en el aumento de precios de los productos derivados. «Irán y los yacimientos suponen una parte importante de la oferta de producción de barriles diarios mundiales y, por tanto, es normal que los precios se disparen. El peligro recae en que el petróleo pueda llevar a potenciales repuntes en la inflación que retrasen las medidas de relajación monetaria por parte de los bancos centrales y que, en última instancia, esto pueda impactar en los mercados», aclara.
Teherán e Isfahán, con refinerías e infraestructuras nucleares
En caso de que Israel haga caso omiso a las advertencias estadounidenses, entre las instalaciones nucleares cercanas a la costa iraní están las minas de extracción de uranio de Gchine, que nutren de material a las estructuras de la provincia de Isfahán. Más al oeste de Ormuz, se localiza la central de Bushehr 1, con una capacidad de 915 MWe, así como las Bushehr 2 y Bushehr 3, que se cree que aún no están activas, pero que podrían llegar a superar los 2.000 y los 1.000 MWe de capacidad, respectivamente, en el futuro.
Hacia el interior de Irán destacan las infraestructuras de las grandes ciudades de Teherán —norte—, Isfahán —centro— y Arak —oeste—, ya que cuentan tanto con refinerías como con estructuras nucleares, según los datos de Asociación Nuclear Mundial, el Organismo Internacional de Energía Atómica y la Iniciativa de amenaza nuclear (WNA, OIEA, NTI, respectivamente por sus siglas en inglés) recogidos por DatosRTVE.
Las refinerías de Teherán y Arak producen unos 250.000 barriles cada una, además de contar con sendos centros de investigación nuclear. La refinería de Isfahán, en cambio, asciende a 360.000 barriles/día, mientras que cuenta con un centro de tecnología nuclear en el que se presume del enriquecimiento de uranio y cuatro pequeños reactores.
Irán responderá atacando infraestructuras de energía y gas de Israel
Otra de las incógnitas es cuándo se podría producir dicha represalia israelí. «Está esperando una oportunidad más clara. Además de seguir captando la atención mundial, está afinando cuestiones de inteligencia. Lo hace siempre, no golpea sin tener la certeza absoluta de que la finalidad que persigue se va a lograr a pesar de los daños colaterales», vaticina Gan Pampols sobre Israel.
Para Ayala, Tel Aviv está midiendo la dimensión, ya que de darse un ataque que no fuera todo lo «moderado» que espera Estados Unidos o el propio Irán, podría hacer que el primero le retirara su apoyo en esta cuestión o Teherán acabara también por seguir bombardeando. Esto desencadenaría una «espiral de violencia» entre ambos países, añade Ayala, que opina que, pese a que la situación es «terrible» actualmente, podría ser «aún peor» en la zona, como ya se está viendo en Gaza y el Líbano, si no cesan las tensiones.
En caso de ser atacado, Irán ha anunciado este mismo viernes que responderá a Israel dañando su infraestructura energética e instalaciones de gas, según informa la agencia de noticias iraní SNN, citando al diputado de la Guardia Revolucionaria Ali Fadavi. «Si los invasores — como denomina Irán a Israel — cometen tal error, atacaremos todas sus fuentes de energía, instalaciones y todas las refinerías y yacimientos de gas», ha dicho Fadavi.