CDMX, 02 de septiembre del 2024.- Durante el segundo trimestre del 2024, México registró un total de 32 millones 190,692 personas ocupadas bajo algún esquema de informalidad; lo que representa al 54.3% del total de la población trabajadora en el país.
Este nivel de informalidad implicó una reducción de 0.9 puntos porcentuales respecto del mismo periodo del año pasado, cuando el trabajo informal empleaba al 55.2% de los trabajadores.
En términos absolutos, este segundo trimestre del año se registraron 102,704 trabajadores menos dentro del sector informal en comparación interanual, según cifras de la ENOE (Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo) del Inegi.
La caída en el trabajo informal se presentó tanto en la población ocupada de mujeres como en la de hombres, con caídas de 1.1 y 0.8 puntos porcentuales respectivamente.
Esta problemática se da principalmente en las actividades que operan con los recursos de los hogares, pero sin constituirse como empresas. Estas unidades económicas concentraron al 52% de los trabajadores informales en este periodo.
Otro 25% de los ocupados informales se emplean en empresas privadas, gobierno y otras instituciones. Un 16% están en unidades agropecuarias y el 7% restante corresponde a los y las trabajadoras (en su mayoría mujeres) que realizan trabajo doméstico remunerado.
Zonas rurales, las más golpeadas por la informalidad
En el desglose del trabajo informal por región se observan importantes brechas de desigualdad. Las cifras de la ENOE mostraron que, entre menos urbanizada sea la zona, más informalidad presenta.
En las localidades de más de 100,000 habitantes y las capitales de Estado, la tasa de informalidad laboral es de 41.3%
En las localidades de 15,000 a 99,999 habitantes la tasa de informalidad es de 54.1%
En las localidades de 2,500 a 14,999 habitantes la tasa de informalidad es de 66.9%
En las localidades con menos de 2,500 habitantes (rurales) la tasa de informalidad es de 77.1%
Más trabajadores subordinados
En línea con la caída en la ocupación informal también se observó un incremento importante en el total de trabajadores subordinados y remunerados. Durante el segundo trimestre del 2024, casi un millón de ocupados entraron a este esquema respecto del mismo periodo del año previo.
Los trabajadores subordinados y remunerados representaron el 69.2% del total de la población ocupada; este nivel implicó un alza de 0.6 puntos porcentuales en comparación interanual.
En el resto de las categorías se observaron resultados contrarios; el porcentaje de empleadores creció apenas 0.1 puntos. Mientras que el grupo de trabajadores por cuenta propia cayó 0.4 puntos.
Por su parte, en la categoría de trabajadores no remunerados también se observó una caída de 0.3 puntos porcentuales durante este periodo.
Retos para la política laboral
La combinación entre un menor nivel de informalidad y mayor reconocimiento de los vínculos laborales (trabajo subordinado) es positiva. Pese a ello, el trabajo informal sigue siendo uno de los retos más grandes para la política pública laboral.
Todavía poco más de la mitad de los trabajadores se encuentran en algún tipo de informalidad, ya sea por el tipo de unidad en la que trabajan, el giro económico o el tipo de vínculo laboral.
La informalidad laboral genera inseguridad tanto en las condiciones de trabajo, como en el acceso a derechos laborales: contrato, prestaciones básicas, seguridad social o instituciones de salud.
Con información de El Economista