*Cualquier parecido es mera coincidencia.
*Moreno Cárdenas rodeado de lacayos.
*A los únicos que va dirigir es a los consejeros arrastrados.
*Una infamia la exclusión de Fabio Beltrones.
Columna Política «El Francotirador», Por José Cruz Delgado (14-VIII-2024).- Desde antes de su reelecion, Alejandro Moreno Cárdenas, mejor conocido como Alito, se ha comportado como un dictador que no acepta críticas, en eso se parece al presidente Andrés Manuel López Obrador y su palabra es ley.
Si bien es cierto que sus detractores no defendieron al PRI de los ataques del poder presidencial ni tampoco al jefe político, no le da derecho a satanizar ni enjuiciar ni mucho menos encabezar una cacería de brujas contra quienes no piensan como él.
Manlio Fabio Beltrones siendo presidente nacional del PRI tuvo resultados adversos, en un acto de dignidad presentó su renuncia a la militancia, dignidad que no tiene Alito.
Fue en 2016 que Fabio Beltrones presentó su renuncia como presidente nacional del tricolor luego de un sonado “tropiezo electoral”, al perder 7 de 12 gubernaturas, y en un mensaje a los militantes aseguró que era necesario un espacio para la reflexión y así comprender el mensaje enviado por el electorado a ese partido.
En su discurso pronunciado en la sede nacional del tricolor, Beltrones dijo “Los priistas estamos obligados a hacer una profunda y seria reflexión sobre lo que ocurrió en la jornada electoral del 5 de junio”.
En un acto de congruencia y humildad, y pese a que muchas voces pedían su permanencia, Beltrones se hizo a un lado para permitir que una nueva dirección encabezara las transformaciones que permitirían a ese instituto.
Llegó Alito y todo se fue al carajo al asumir un actitud soberbia al modificar los estatutos, primero para imponer candidatos a su antojo y, segundo para lograr la reelecion e instaurar una dictadura partidista y una política persecutoria contra quienes se oponen a sus dictador y caprichos.
Tiene razón Fabio Beltrones, Alito Moreno es un aspirante a tirano y a dictador que lo único que busca es ser dueño del partido político con servidumbre a su alrededor.
A todas luces fue una ilegalidad la reelecion de Alito y una canallada la de los consejeros «maiceados» que perdieron dignidad decoro para inclinarse ante su profeta que llevará al tricolor a la desvastacion y desaparición.
No permitirle al senador firmar parte de la bancada fue otra chingadera del émulo de López Obrador. Alito sabia que Beltrones le representaba una amenaza para tener control absoluto en la presidencia. Pero mire usted, Enrique Ochoa Reza tampoco tiene calidad moral para criticar, pues hizo lo que Alito, apoderarse del PRI e imponer candidatos a su libre arbitrio, desde ahí comenzó la debacle.
Como usted sabe, Alito ordenó a sus agachones senadores no incluir en su bancada al sonorense luego que criticara la reelección de Alejandro Moreno Valle como dirigente del instituto político.
Para Alito, la crítica fue un atentado contra la unidad ideológica, programática y organizativa, y uno se pregunta: ¿de qué unidad habla?. Esta solo existe en su imaginación. A los únicos que va a dirigir es a sus consejeros que le sirven de lacayos, incluyendo a los presidentes de los comités estatales que fueron impuestos por él y que le seguiran lamiendo las botas para buscar también la reelecion.