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De la respuesta masiva de la ciudadanía a la rápida condena internacional: claves del fracasado golpe de Estado en Bolivia

27 de junio del 2024.- Aún resuena el estruendo del blindado militar derribando la puerta del Palacio Presidencial, un ruido ensordecedor que ha quedado grabado en la historia de Bolivia y con una fecha que quedará para siempre, el 26 de junio de 2024. El país latinoamericano ha sufrido un nuevo intento de golpe de Estado, esta vez encabezado por los militares, con el comandante general del Ejército, Juan José Zúñiga, al frente el mismo.

Enfrente, el presidente elegido democráticamente, Luis Arce Catacora, del partido MAS, del expresidente indígena Evo Morales. Y sin duda, la foto del día es el cara a cara de Arce frente al militar sublevado, con una clara oposición para impedir que los golpistas tuviesen éxito.

“No voy a permitir esta insubordinación. Firmes aquí, en Casa Grande, para enfrentar todo intento golpista, todo intento que atente a nuestra democracia”, aseveraba el presidente boliviano rodeado de sus ministros en un mensaje lanzado en la televisión estatal.

“Yo me quedaría con una foto de anoche, que es el encaramiento del presidente Arce con el golpista Zúñiga. Todavía es pronto para determinar si lo que dice Zúñiga es verdad o no (culpó al propio presidente de promover ese golpe de Estado). Esa foto muestra como la asertividad y el estar firme ante los golpistas, permite que Zúñiga no pueda continuar con ese proceso que ha puesto en marcha”, ha asegurado Ruth Ferrero-Turrión, del Instituto Complutense de Estudios Internacionales, en una entrevista en ‘La Hora de la 1’ de TVE.

Pero no solo el plante del presidente Arce es el único elemento que ha llevado a detener este intento golpista, sino que la salida masiva a las calles de la ciudadanía en contra de la sublevación militar es otro freno civil contra la parte del ejército rebelde, con Zúñiga al frente.

“Ha habido una respuesta masiva por parte de la ciudadanía, también Evo Morales pidió a través delas redes sociales que todo el movimiento indígena se echara a las calles y fuera a apoyar al presidente Arce”, ha apuntado la experta en Estudios Internacionales de la universidad madrileña“. Lo que es determinante es que el poder civil se plante ante el poder militar”, ha proseguido.

Una rápida respuesta internacional que refrenda a Arce
A diferencia de 2019, la respuesta internacional a este intento de golpe ha sido unánime, rápida y masiva. La OEA, la UE, o gobiernos como el de Estados Unidos, España o Argentina no han tardado en salir a apoyar públicamente la legitimidad del Ejecutivo encabezado por Arce y mostrar su condena a los militares golpistas.

“Hay que destacar la inmediata respuesta de la comunidad internacional y de manera específica la Organización de Estados Americanos. En el año 2019 esa respuesta no fue tan inmediata. Hubo una mayor demora para ver lo que sucedía en el país y en este caso ha sido todo muy inmediato. Lo tenía muy claro la OEA, con todas las peculiaridades que tiene esa organización, que tenían que salir a condenar, y el resto de organizaciones convocaron reuniones de emergencias para tratar este asunto y, por supuesto, el presidente español o el americano. Todos han salido de manera inequívoca a apoyar a la presidencia de Luis Arce”, ha enfatizado Ferrero-Turrión como otra de las claves del fracaso del golpe.

Además, para la experta de la Complutense, que el ejército no haya derramado sangre también es otro factor importante del triunfo de la democracia frente a los sublevados.

“Tiene todos los tintes de los golpes militares que se daban a mediados del siglo pasado en América Latina y para que se dé con éxito tiene que haber sangre, si el ejército no abre fuego es difícil que un golpe de Estado tenga éxito. Si además tampoco cuenta con el respaldo de todo el ejército, sino que son solo unas pocas unidades, todavía es menos probable”

Inestabilidad política, crisis económica y diáspora
No es la primera vez en los últimos años que el Gobierno legal salido de las urnas se ve contra las cuerdas en Bolivia. En 2019, Evo Morales se vio obligado a dimitir ante las masivas protestas en las calles tras las elecciones presidenciales y la presión de los militares.

Acorralado tras ser acusado de haber manipulado esas elecciones que ganó frente al opositor del partido conservador, Carlos Mesa, con 10,56 puntos de ventaja, Morales abandonó la presidencia del país y quedó un vacío de poder, tras sumarse a dicha renuncia todos sus ministros y posibles sustitutos.

El vacío institucional hizo que la senadora del partido opositor Unidad Demócrata y segunda vicepresidenta de la cámara alta, Jeaninne Áñez, se quedase con el poder de manera transitoria o, al menos, esas fueron sus primeras palabras cuando se ofreció a asumir la responsabilidad: “Que quede bien claro que esto es simplemente una transición”.

Dicha transición duró más de lo esperado y terminó con Áñez en prisión con una condena de 10 años de cárcel, acusada de un intento de golpe de Estado, del que es la principal cabecilla, junto a dos altos cargos militares del país que se encuentran en paradero desconocido.

La propia Áñez, desde prisión, mostraba su condena a este nuevo intento golpista de parte del ejército, al que ha acusado de «destruir el orden constitucional», a la par que ha pedido echar al presidente boliviano y al exmandatario Evo Morales por medio del voto en las elecciones de 2025.

“La situación política en Bolivia es muy inestable desde hace ya tiempo. Recordemos que hubo ya un golpe en 2019 de Jeaninne Áñez, que está en la cárcel. Además, ayer no respaldó el golpe a pesar de que Zúñiga hizo alguna apelación a poner a los golpistas de 2019 en libertad”, ha apuntado la experta del Instituto Complutense de Estudios Internacionales.

“La inestabilidad económica unida a la inestabilidad política que lleva arrastrando Bolivia durante muchos años ya, ha convertido al país en uno de los más inestables en estos momentos de toda la escena latinoamericana”, ha proseguido Ferrero-Turrión, dando otra de las claves de la actual situación de Bolivia.

Esa combinación perfecta de inestabilidad política y económica llevan directamente al tercer punto que para la experta también es importante, la diáspora de bolivianos en los últimos años por todo el mundo.

“Ha habido una gran cantidad de personas que han salido de Bolivia. Pensemos en toda la diáspora que tenemos en España y que se ha incrementado a lo largo de los últimos años”, ha resaltado antes las cámaras de ‘La Hora de la 1’.

“Además del entorno multicultural que representa Bolivia con Evo Morales a la cabeza, ahora, con Luis Arce, es una combinación explosiva que hace que tengamos este tipo de episodios”, ha sentenciado.

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