Israel continúa su ofensiva militar sobre Gaza tras ocho meses de guerra contra Hamás. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, insiste en sus críticas a la Casa Blanca por, según asegura, ralentizar el envío de armamento a Israel. Por su parte, el Gobierno estadounidense ha dicho no saber a qué retenciones se refiere y ha aclarado que el único envío que se frenó fue el de 3.500 bombas en mayo, por su posible uso en áreas densamente pobladas de la Franja.
Mientras, crece la presión contra Netanyahu por su gestión tras producirse este fin de semana la manifestación más masiva en Israel desde que comenzó la guerra con Hamás. Las protestas, que se repiten desde hace meses, han acabado en algunos casos con altercados violentos.
Además, Estados Unidos ha instado este lunes al primer ministro de Israel a definir un plan postconflicto para la Franja de Gaza después de que el mandatario haya prometido un pronto apaciguamiento en la ofensiva sobre el enclave palestino. El portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, ha confirmado que las autoridades israelíes les han trasladado el mensaje de que «se está acercando el fin de las intensas operaciones de combate» en Ráfah, la parte más meridional de la Franja.
La ofensiva israelí ha matado a más de 37.598 palestinos y ha herido al menos a 86.032 desde el 7 de octubre, según el Ministerio de Sanidad del enclave palestino. Ese día, Hamás mató a 1.200 personas y secuestró a más de 200, de las que una gran parte fueron liberadas durante una tregua.