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Columna Política «El Francotirador», Por José Cruz Delgado (17-VIII-2023).- El Tlatoani Andrés Manuel López Obrador no respeta a nadie, ni siquiera por su investidura presidencial, el poder se le está acabando, y si no pasa otra cosa, quien ni Dios lo quiera, será echado de Palacio Nacional junto con su partido Morena en el 2024 y tendrán que pagar todas sus fechorías cometidas a lo largo de seis años, empezando por la complicidad con la delincuencia organizada, así como el posible saqueo indiscriminado de recursos del erario público y hasta por crímenes de lesa humanidad.
López Obrador sabe muy bien y sus cómplices también lo que les espera en caso de perder la presidencia y la mayoría en el Congreso de la Unión, por eso harán uso de toda la fuerza del Estado para asegurar el triunfo de una de sus corcholatas, pero la sociedad civil, ese gigante dormido ya despertó y no se deja engatuzar por ninguna de ellas y espera aplastarla en las urnas el próximo año.
Como dice el maestro Rocha, ya se quitó definitivamente la máscara, no sabemos hasta dónde va a llegar, pero hoy se sabe que el tlatoani no es demócrata, que primero es yo, luego yo y siempre yo, o sea, el juego del yoyo.
Por eso será muy importante que la oposición se mantenga firme, que no se deje doblegar por amenazas, chantajes, ofertas o ambiciones personales o grupales. Es mucho lo que está en juego: el futuro de nuestros hijos y nietos.
Pese a las prohibiciones del Poder Judicial, hace caso omiso y busca la manera de seguir ofendiendo y descalificando a quienes no ha podido someter y eso lo tiene preocupado, o más bien encabronado porque ya no puede atacar y descalificar a la peor de sus pesadillas: Xóchitl Gálvez Ruiz, quien descarrilado a su corcholata favorita, Claudia Sheinbaum, que no avanza ni con los acarreados ni con las dádivas en efectivo.
A ello su suma los reveses legales que le ha propinado el máximo tribunal del país en vista de su comportamiento lejano al de un primer mandatario y cercano al jefe de una gavilla de delincuentes donde la corrupción, opacidad e impunidad se convirtieron en divisa, como si se tratara de un cártel criminal, como esos que ya causaron más de 163 mil 250 asesinatos en la actual administración de abrazos y no balazos, como lo dice el gran Maestro Miguel A. Rocha.
Por cierto, en Zamora, Claudia Sheinbaum criticó que el gobierno de López Obrador es distinto, que antes se servía a unos cuantos que se creían dueños de México, pero no es diferente, porque los cuatroteros, empezando por el Tlatoani incrementaron la corrupción beneficiándote al su círculo familiar y amigos y amigas al otorgar contratos directos sin licitación, ahí está el ejemplo de Falipa, su hermana que se ha enriquecido a costa de Pemex.
