25 de junio del 2023.- La rebelión del jefe del grupo de mercenarios rusos Wagner, Yevgeny Prigozhin, ha terminado con el líder frenando a sus tropas que avanzaban hasta Moscú y retirándolas de la ciudad de Rostov, pero este levantamiento puede haber causado al presidente ruso, Vladímir Putin, un daño irreparable a su poder y a su imagen tanto en el país como en el exterior.
Prigozhin, cuyo grupo de combatientes ha sido clave para Rusia en la guerra en Ucrania, aseguró este sábado que tenía bajo su control el cuartel de la ciudad rusa de Rostov y después sus fuerzas comenzaron a avanzar hacia Moscú, un movimiento que para muchos fue considerado como un intento de golpe de Estado.
En cuestión de horas, Prigozhin, quien ha cuestionado en reiteradas ocasiones al liderazgo militar de Rusia, ordenó la retirada de sus tropas después de un acuerdo negociado con la mediación de Bielorrusia por el que las causas penales contra el jefe del Grupo Wagner serán archivadas.
Para el catedrático de Ciencia Política de la Universidad Pablo de Olavide, Manuel Torres, esta situación «evidentemente ha disminuido el poder y control de Putin sobre lo que pasa en Rusia».
«Ha dañado y mucho la imagen de Putin como líder incontestado y alguien que nadie osaría cuestionar. Prigozhin ha dado ese paso de ir a la acción y, además, con unos hechos todavía más preocupantes para la imagen de Putin, porque no ha sido sofocado ni aplastado de manera inmediata y contundente», afirma a RTVE.es. «En un escenario así, todo el mundo hubiese dicho que la respuesta habría sido brutal e inmediata. Se empieza a cuestionar la capacidad de utilizar fuerza que tiene el propio Putin, que por lo que se ha podido percibir, está comprometida casi en su totalidad en Ucrania», añade.
Por su parte, el codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH), Jesús Núñez Villaverde, advierte en declaraciones a TVE de que, aunque la situación parezca algo más calmada, «cabe imaginar que el río todavía baja muy revuelto».
Putin queda como «un líder débil»
El hecho de que el líder del Grupo Wagner llegara a ocupar militarmente una parte del suelo ruso ha supuesto un desafío al Kremlin que Putin no ha podido ignorar. El presidente, en un discurso televisado, calificó la rebelión de Prigozhin de una «puñalada por la espalda» y llegó a advertir de las posibilidades del inicio de una guerra civil.
Ante el desafío de Wagner y después de que el alcalde de Moscú declarara régimen antiterrorista, hubo rumores de que Putin había huido de la capital, ya que los rastreadores de vuelos demostraron que dos aviones presidenciales habían salido de la ciudad. Sin embargo, el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov informó de que el presidente seguía en el Kremlin.
Según Guillermo Pulido, de la Revista Ejércitos, el movimiento de Prigozhin «ha mostrado totalmente los puntos débiles de Putin». «Putin tenía una visión, no solamente a nivel popular, de que tenía bastante controlada la situación dentro de Rusia. Sin embargo, con esta crisis (…) la credibilidad de líder fuerte, de que lo tiene todo controlado todo jerárquicamente, se ha visto muy en entredicho», añade en una entrevista al Canal 24Horas.
Por su parte, Torres señala que el hecho de que Putin inicialmente anunciara que el castigo a Prigozhin «iba a ser contundente, que los traidores pagarían por lo que estaban haciendo» y pasar a que el líder de Wagner «se salve el cuello y haya indulto para todos los que han participado en la rebelión, como si no hubiese pasado nada, es realmente demoledor para el liderazgo de Putin».
«Al final, el pecado mortal que no se perdona en Rusia es la percepción de debilidad, y Putin ha quedado como un líder débil frente a esta situación», asegura el catedrático en Ciencia Política. En este sentido, señala que «la mayoría de los analistas coincide en que al final la caída de Putin es cuestión de unos meses. No va a ser apartado del poder de manera instantánea, pero ya se empieza a barajar más la posibilidad de un cambio de dirección para intentar recomponer la situación», añade.
Asimismo, Torres recalca que dentro de la sociedad rusa «hay mucha gente a la que se le ha caído absolutamente la imagen de lo que es el Estado y su poder». «Sobre todo cuando ese desafío viene de alguien que hasta hace unos días se mimaba y se aupaba desde el propio poder», subraya.
Para Núñez Villaverde se trata de la «situación más complicada» a la que se ha enfrentado Putin en los casi 24 años que lleva en el poder. «Ahora mismo transmite una imagen ante su propia opinión pública de descontrol. Eso es lo peor que puede ahora mismo transmitir el Kremlin, cuando está implicado en lo que ellos llaman una operación militar especial (…) y frente a una población que está viendo cómo en la capital se estaban desplegando tropas para prepararse para la defensa», afirma.
La desmoralización de los soldados rusos, una posibilidad muy real
La rebelión del Grupo Wagner se ha producido en un momento en el que Ucrania ha lanzado una contraofensiva que se considera como el contraataque más ambicioso desde el inicio de la guerra. En las horas en las que se produjo este desafío al Kremlin, las fuerzas ucranianas avanzaron en diferentes frentes.
«Evidentemente, todo esto genera desmoralización y fracturas en las tropas rusas en un momento tan delicado como el desencadenamiento de una ofensiva por parte de Ucrania», asegura Núñez Villaverde.
En la misma línea, Torres opina que «desde la óptica de un soldado que lleva más de un año viviendo en una trinchera en Ucrania, ver todo este circo que se ha montado, ver cómo no solo el no obedecer órdenes, sino incluso el rebelarte ante el Kremlin, se puede hacer de forma impune, ese elemento coactivo se ha visto dañado».
«No me extrañaría que Ucrania trate de sondear esa desmoralización planteando ofensivas en los próximos días para ver si el Ejército ruso se repliega o no», añade.
Además, el codirector del IECAH señala que después de lo ocurrido se ha visto que «Putin necesita a Prigozhin». «Sin él desaparece Wagner de parte del frente de la invasión de Ucrania y, evidentemente, ese grupo mercenario ha cumplido muchas tareas para el Kremlin, no solo en Bajmut, también en 2014 cuando tomaron la península de Crimea», opina.
En este sentido, Torres cree que si los mercenarios de Wagner dejaran de combatir en la guerra con el Ejército ruso «se acrecentaría aún más la falta de operatividad del Ejército ruso en el frente». «Hasta ahora, el Ejército no solo ha demostrado que no tiene suficiente fuerza para plantear una ofensiva, sino que a lo máximo que aspira es a frenar la contraofensiva ucraniana», asevera.
Malestar en el Ejército con la idea de que Wagner entre en sus filas
El acuerdo alcanzado entre el Kremlin y el Grupo Wagner -en el que el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, ha sido mediador-, establece que se retirarán los cargos contra Prigozhin y se le permitirá el paso seguro a Bielorrusia. Por su parte, los mercenarios del Grupo Wagner pueden firmar un contrato con el Ministerio de Defensa ruso para no ser castigados.
«Según el acuerdo, las tropas de Wagner que no estuvieron involucradas firmarán un acuerdo con el ministro de Defensa. Wagner pasaría a depender del Ministerio de Defensa (…). Prigozhin gestionaría Wagner en el exterior, en África, básicamente. Pero no sabemos si en los próximos meses Prigozhin será asesinado, porque es un poco extraño que le hayan dado esa vía del exilio», asegura Pulido.
Torres opina que el hecho de que combatientes del Grupo Wagner sean absorbidos por el Ejército ruso «no causa mucho entusiasmo dentro del Ejército regular». «Los propios líderes militares no creo que estén muy contentos con la decisión de que al final, estas personas que están cobrando un salario muy por encima de lo que cobran soldados profesionales por hacer lo mismo, criminales comunes que han sido sacados de la cárcel para combatir, se homogeneice a soldados regulares como una especie de cesión para salvar la cabeza de Putin», subraya.
En este sentido, el catedrático considera que «esto genera mucho malestar dentro del entramado militar». «No me extrañaría que dentro del mismo se esté produciendo un movimiento para evitar que eso se consume, abortar esa opción, porque al final eso va a desnaturalizar la Fuerza Armada rusa», añade.
Con información de RTVE