27 de abril del 2023.- La calificadora S&P Global ajustó al alza su pronóstico de crecimiento para México y ahora espera una expansión de 1.3% en el Producto Interno Bruto (PIB) de este año, que contrasta con 0.8% que proyectaron en diciembre pasado.
El nuevo pronóstico incorpora el impacto potencial que pueden tener las oportunidades de negocio que representa el nearshoring que consiste en la relocalización de empresas de negocios que buscan reducir riesgos de nuevas interrupciones en las cadenas de valor, al salir de localidades asiáticas para reubicarse más cerca de Estados Unidos.
La nueva previsión del PIB mexicano que tiene S&P se encuentra debajo de las proyecciones revisadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que estima un crecimiento de 1.8% para México este año y de la que tiene el Banco Mundial, de 1.5 por ciento. Y también supone un desempeño más lento del pronóstico central que tiene Banco de México, de 1.6%, aunque está dentro del rango que va de 0.8 a 2.5% que también estima el banco central.
En un análisis sectorial para América Latina, titulado “Lento crecimiento, financiamiento estrecho”, que no tiene impacto de calificación, advirtieron que esta oportunidad que representa el nearshoring incorpora importantes riesgos como el inadecuado suministro de agua y energías limpias así como preocupaciones relacionadas con la inseguridad.
Consideran que México es un país que tiene un beneficio natural de esta relocalización de negocios por su posición geográfica y el acuerdo comercial con Estados Unidos y Canadá. Señalaron como los sectores que se verán beneficiados desde ahora por este nearshroing a los bienes raíces, vivienda, materiales para la construcción; mientras los sectores corporativos que atraerán la atención de los inversionistas son los dedicados a actividades manufactureras de exportación como automóviles, bienes duraderos y productos agrícolas.
Aclararon también que las industrias mexicanas que ya están integradas a las cadenas de suministro transfronterizas podrán expandir sus capacidades de abastecimiento en México.
Consideran que la llegada de inversiones extranjeras incentivará las mejoras en los servicios de logística y alimentará costos de fabricación competitiva.
Nearshoring, la expectativa en números
Aún no hay una estimación única sobre el ingreso que representará el nearshoring para México. La Secretaría de Hacienda estima que, en el peor de los escenarios, esta relocalización otorgará al país un impulso equivalente a 1.2 puntos del PIB extra, y que en el mejor de los casos podría significar 2.8 puntos del PIB.
El equipo de economistas de S&P, sostuvo que en un escenario hipotético, donde el 1% de la producción manufacturera total de China se traslade a México gradualmente en los próximos cinco años, se inyectará tal dinamismo a la economía mexicana que conseguirá un crecimiento promedio anual de 2.6 por ciento.
Sin embargo, los expertos de la calificadora encontraron impedimentos considerables para avanzar en el nearshoring, como preocupaciones relacionadas con la seguridad y el suministro adecuado de agua y energía.
Economistas de Barclays, advirtieron a El Economista que si tuviéramos un gobierno promotor de inversiones productivas, podríamos aspirar a tener entradas de 50,000 millones de dólares por año. Esa es la parte que no se está aprovechando aún.
De acuerdo con ellos, desde el 2021 se registró la entrada de 32,000 millones de dólares de Inversión Extranjera Directa (IED) a México, lo que permitió al país convertirse en uno de los 10 mayores receptores de capital productivo en el mundo.
Más de la mitad de esta cifra corresponde a nuevas inversiones que son atribuibles a esta relocalización de empresas, añadieron los expertos del banco de inversión.
Tasas y emisores de deuda
Ante la persistente inflación, el aumento de los costos de financiamiento y el traslado de costos por los precios, los expertos de S&P consideran que puede ser un reto para los emisores corporativos.
En el acercamiento que hicieron para México, destacaron que los choques externos han sido amortiguados por la flexibilidad monetaria, generalmente basada en el tipo de cambio flexible, una política monetaria con metas de inflación y el crecimiento del mercado interno de capital.
Destacaron que los bancos centrales de México, Colombia, Perú, Chile y Brasil tomaron medidas oportunas para contener la inflación y anclar las expectativas, lo que les ha otorgado flexibilidad monetaria.
Con información de El Economista