20 Marzo 2023 Salud
Un nuevo análisis muestra que unos 190 millones de niños de 10 países africanos corren el mayor riesgo de sufrir la convergencia de tres amenazas relacionadas con el agua: saneamiento e higiene inadecuados; enfermedades relacionadas; y riesgos climáticos.
Un nuevo análisis del Fondo de la ONU para la Infancia, UNICEF, publicado el lunes en vísperas de la histórica Conferencia sobre el Agua, examina el acceso de los hogares a los servicios de agua, saneamiento e higiene, la carga de muertes atribuibles al agua, saneamiento e higiene entre los niños menores de cinco años, y la exposición a los riesgos climáticos y medioambientales, revelando dónde los niños se enfrentan a la mayor amenaza, y dónde se necesita desesperadamente invertir en soluciones para evitar muertes innecesarias.
«África se enfrenta a una catástrofe hídrica. Mientras que las crisis relacionadas con el clima y el agua están aumentando en todo el mundo, en ningún otro lugar del mundo los riesgos se agravan tanto para los niños», declaró el director de Programas de UNICEF.
Asimismo, Sanjay Wijesekera aseguró que «tormentas devastadoras, inundaciones y sequías históricas ya están destruyendo instalaciones y hogares, contaminando los recursos hídricos, creando crisis de hambre y propagando enfermedades. Pero por difíciles que sean las condiciones actuales, sin una acción urgente, el futuro podría ser mucho más sombrío».
Crisis agravadas por los conflictos armados
Según el análisis, la triple amenaza es más grave en Benín, Burkina Faso, Camerún, Chad, Costa de Marfil, Guinea, Malí, Níger, Nigeria y Somalia, lo que convierte a África Occidental y Central en una de las regiones del mundo más afectadas por la inseguridad hídrica y el cambio climático. Muchos de los países más afectados, especialmente en el Sahel, también se enfrentan a la inestabilidad y los conflictos armados, lo que agrava aún más el acceso de los niños al agua potable y el saneamiento.
En los 10 países más afectados, casi un tercio de los niños no tienen acceso al menos a agua potable en casa, y dos tercios no disponen de servicios básicos de saneamiento. Una cuarta parte de los niños no tiene más remedio que defecar al aire libre. La higiene de las manos también es limitada, ya que tres cuartas partes de los niños no pueden lavarse las manos por falta de agua y jabón en casa.
Como resultado, estos países también soportan la carga más pesada de muertes infantiles por enfermedades causadas por una higiene inadecuada, como las diarreicas. Por ejemplo, seis de los 10 han sufrido brotes de cólera en el último año. En todo el mundo, más de 1000 niños menores de cinco años mueren cada día por enfermedades relacionadas con el agua, el saneamiento y la higiene, y alrededor de dos de cada cinco se concentran sólo en estos 10 países.
© OMS/Rob Holden Es necesaria una acción acelerada para garantizar agua potable, saneamiento e higiene para todos.
Vulnerables a las amenazas climáticas
Estos puntos críticos también se encuentran entre el 25% de los 163 países del mundo con mayor riesgo de exposición a las amenazas climáticas y medioambientales. Las temperaturas más altas, que aceleran la reproducción de patógenos, están aumentando 1,5 veces más rápido que la media mundial en algunas zonas de África Occidental y Central. El nivel de las aguas subterráneas también está descendiendo, lo que obliga a algunas comunidades a excavar pozos dos veces más profundos que hace tan sólo una década. Al mismo tiempo, las precipitaciones se han vuelto más irregulares e intensas, provocando inundaciones que contaminan las escasas reservas de agua.
Los 10 países también están clasificados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) como frágiles o extremadamente frágiles, y las tensiones de los conflictos armados en algunos países amenazan con revertir los avances hacia el agua potable y el saneamiento.
Por ejemplo, en Burkina Faso se han intensificado los ataques contra las instalaciones de agua como táctica para desplazar a las comunidades. 58 puntos de agua fueron atacados en 2022, y más de 830.000 personas, de las cuales más de la mitad son niños, perdieron el acceso al agua potable en el último año.