13 de febrero del 2023.- Una semana después del terremoto que asoló Turquía y Siria, la cifra de muertos asciende a 35.331 entre ambos países, mientras se reduce la esperanza de encontrar a personas con vida entre los escombros. El gobierno turco ya ha ordenado el comienzo de las tareas de limpieza con máquinas escavadoras, ya que creen imposible dar con supervivientes siete días después de los temblores. Sin embargo, en las últimas horas se ha conocido el salvamento de varias personas, entre ellas al menos dos menores de 10 y 13 años.
En Turquía el número de fallecidos asciende a 31.643, mientras en Siria la ONU presiona a Gobierno y oposición para permitir la llegada de más ayuda al país, que ha abandonado la fase inicial de emergencia y se adentra en los trabajos de recuperación. Allí han muerto al menos 3.688 personas, aunque las cifras oficiales no se han actualizado desde hace dos días.
Tanto el Gobierno sirio como los Cascos Blancos han dejado de actualizar sus balances de víctimas y heridos con asiduidad, aunque no se ha declarado de manera oficial el fin de las tareas de rescate.
Los dos temblores, de magnitud 7,8 y 7,5, con epicentro en Turquía, golpearon el 6 de febrero el sur de ese país y el noroeste de la vecina Siria. La tragedia se ha convertido en la sexta catástrofe natural más mortífera de este siglo, situándose por detrás del terremoto que en 2005, que acabó con la vida de al menos a 73.000 personas en Pakistán.
Aumenta el riesgo de crisis sanitaria
La Autoridad de Gestión de Desastres y Emergencias (AFAD), dependiente del Ministerio del Interior turco, ha indicado en un comunicado que hasta el momento se han confirmado 31.643 muertos y 158.165 evacuados de las diez provincias afectadas.
Muchos de los supervivientes siguen haciendo frente a la falta de medios de ayuda y a las bajas temperaturas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido de que decenas de miles de personas están expuestas a enfermedades y epidemias y preocupa especialmente un brote de cólera en Siria.
El ministro de Salud turco, Fahrettin Koca, ha afirmado que se han enviado vacunas contra la rabia y el tétanos a las zonas afectadas por el seísmo, y que han comenzado a funcionar farmacias móviles.
Este lunes tenía previsto empezar a funcionar en Iskenderun (la antigua Alejandreta) un hospital de campaña español de la Agencia Española de Cooperación Internacional y Desarrollo (AECID), que atenderá a 200 pacientes cada día.
Por otro lado, la seguridad se deteriora y se repiten los saqueos. En Antakya, los comerciantes han vaciado sus tiendas para evitarlo. Reuters cita a vecinos y voluntarios de otras ciudades que aseguran que las condiciones de seguridad son malas, con robos en comercios y edificios.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que ha reconocido fallos en la respuesta y que está siendo muy criticado por la oposición, ha advertido que el estado de emergencia permite al Estado castigar duramente estos delitos.
El tiempo para los rescates se agota en el noroeste de Siria
En Siria, hay más de 3.600 fallecidos, incluidos 1.414 en las zonas controladas por el Gobierno y unos 2.274 en las áreas en manos de los rebeldes, aunque la cifra puede ser mucho mayor, tal y como advirtió la OMS el domingo. En las regiones opositoras de las provincias de Idlib y Alepo, los Cascos Blancos ya han empezado quitar los escombros que obstruían «de forma total o parcial» varias carreteras, según ha explicado el jefe del grupo, Raed al Saleh.
Al menos 550 edificios se derrumbaron en las zonas rebeldes y otros 1.570 inmuebles y miles más sufrieron desperfectos de menor envergadura, según las estadísticas difundidas por al Saleh. En las áreas opositoras en manos del Organismo de Liberación del Levante, una alianza islamista en la que se incluye la exfilial siria de Al Qaed, la respuesta a los terremotos está en su segunda fase, dando por finalizadas las labores de rescate o la evacuación de edificios.
Mientras tanto, la ayuda internacional sigue llegando con cuentagotas. El responsable de ayuda humanitaria de la ONU, Martin Griffiths, ha explicado desde Alepo que la fase de rescate está «llegando a su fin», y que la urgencia ahora es proveer refugio, comida, escuelas y cuidados psicosociales. Griffiths intenta convencer al gobierno sirio y a la oposición que controla parte del norte del país de que faciliten las tareas.
El presidente sirio, Bashar al Assad, ha accedido a que la ONU entregue ayuda a través de otros dos pasos fronterizos desde Turquía durante tres meses, según ha informado Griffiths, en una reunión a puerta cerrada del Consejo de Seguridad, según fuentes diplomáticas citadas por Reuters. Hasta ahora solo estaba autorizado el uso del paso de Bab al Hawa, situado entre territorio turco y la provincia de Idlib.
Con información de RTVE