04 de febrero del 2023.- “Desde hace un mes puedo decir que superé un cáncer de colon”. Ignacio fue diagnosticado hace seis años y en diciembre del año pasado cumplió su quinto aniversario sin que el tumor reapareciese.
A sus 59 años reconoce su suerte y recuerda a su tío, Manuel, fallecido por la misma enfermedad hace 17 años: “No tuvo la suerte de detectarlo a tiempo, nunca se había hecho una prueba de detección y cuando supimos qué le pasaba ya era tarde”.
A día de hoy es consciente de la importancia de la detección precoz y de la visibilidad de todos los tipos de cáncer: “Probablemente, si mi tío no hubiese fallecido, yo jamás me hubiese hecho una prueba diagnóstica”.
El caso de Ignacio no es el único. Y es que la tasa de mortalidad se ha reducido un 22% desde el año 2001. Los datos varían entre hombres y mujeres y en función del tipo de cáncer, pero la disminución ha sido notable en ambos sexos. Un panorama esperanzador que los expertos achacan al avance de la investigación, tanto en los tratamientos como en la prevención y detección precoz de estos tumores.
“Estamos viviendo unos años realmente maravillosos, donde todo el trabajo de investigación de las últimas décadas está empezando a dar su fruto”, explica a RTVE.es Rafael López, oncólogo y vicepresidente de la Asociación Española de Investigación sobre el Cáncer, que recuerda que aun así todavía queda un camino largo por recorrer.
La disparidad según el tipo de cáncer
Los datos son realmente esperanzadores, sin embargo, Rafael López recuerda que la investigación no ha avanzado de forma igualitaria en todos los tipos de cáncer: “Hay tumores que se curan en más del 95% de los casos, como es el cáncer de testículo, y hay otros tumores que se curan en menos del 10% de las ocasiones en cualquiera de sus estadios, como es el cáncer de páncreas”.
En ese sentido, recuerda que todavía queda trabajo, ya que no se puede dejar ningún cáncer atrás. “Todos los cánceres tienen que ser investigados”, concuerda Isabel Orbe, directora de la fundación científica de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC).
“Si nadie lo investiga, nunca veremos mejoras”, matiza Orbe, que insiste en la necesidad de una estrategia nacional de investigación en cáncer donde se ponga el foco en aquellos cánceres donde la supervivencia es muy baja.
Un buen punto de partida es la prevención y la detección precoz, ya que se ha visto cómo ha aumentado la supervivencia en los casos en los que ha habido sistemas de cribado poblacional. “Cuando hay un buen sistema de cribado y de prevención, las esperanzas son mucho más altas porque se identifican los tumores en fases mucho más tempranas” pero esto a día de hoy ocurre en muy pocos tipos de cáncer, como son mama o colon, explica Orbe.
Desigualdades en función de las regiones
Más allá de la importancia de los fondos y la investigación, hay que tener en cuenta la paridad entre comunidades autónomas. “No es lo mismo que te diagnostiquen en una provincia que en otra”, explica Cristina Sandín, presidenta de la Asociación Cáncer de Páncreas.
En lo que se refiere al cáncer de páncreas, “nosotros recomendamos a los pacientes que se vayan a Madrid o a Barcelona porque en la zona donde están el tratamiento que les van a dar no es el mejor posible”, matiza Sandín.
Un dato relativamente impactante teniendo en cuenta que ni Madrid ni Barcelona son los lugares más afectados por el cáncer, ni en incidencia ni en mortalidad.
Lo mismo ocurre con la implantación de los programas de cribado contra el cáncer colorrectal para la población de riesgo (50 a 69 años), puesto que son muy desiguales entre las autonomías. Por ejemplo, el 79% de los encuestados en Andalucía en esa franja de edad nunca se han realizado una prueba de sangre oculta en heces; mientras que la cifra asciende al 87% de Extremadura, el 85% de Baleares o más del 90% en Ceuta y Melilla. Aunque, en País Vasco o Navarra, cae a un 20%, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística.
Pero el cáncer no es solo detección y tratamiento, es apoyo psicológico también. Estudios de la AECC indican que cerca del 50% de los pacientes presentan malestar emocional y el 30% necesitan atención psicológica especializada, así como sus familias. Sin embargo, “más del 90% de las comunidades no tienen atención psicológica especializada o es insuficiente”, concluye la AECC.
Más investigación, el único camino
“A nivel mundial, o por lo menos a nivel occidental, el cáncer está siendo el mayor problema de salud que tenemos ahora mismo”, explica López. Con esa premisa sobre la mesa, el oncólogo recuerda la importancia de una financiación adecuada. “El número de ayudas que se tienen es muy bajo y además, las cuantías de estas ayudas son bajas, también”, sentencia.
“Somos excelentes para los fondos con los que contamos, pero son necesarios más fondos”, corrobora Isabel Orbe. Si bien es cierto que en los últimos años el porcentaje destinado a Investigación y Desarrollo (I+D) ha aumentado, todavía no alcanza el 2% del PIB.
Sin embargo, el único problema con el que se encuentra la investigación no es la financiación. “Las dificultades que se encuentran los investigadores en su vida profesional, desde la poca estabilidad a los pocos medios, hace que no se generen vocaciones científicas y eso es un problema”, matiza Orbe.
2030, meta del 70% de supervivencia
La investigación ha conseguido que los pacientes ganen calidad de vida, pero desde los laboratorios quieren ir más allá: tienen como objetivo una tasa de supervivencia del 70% en 2030.
Oncólogos como Rafael López quieren ser más ambiciosos y buscan superar esa tasa. Sin embargo, consideran que es un buen objetivo, teniendo en cuenta el “nubarrón” que supone el parón provocado por la pandemia. Todavía no está cuantificado su efecto, pero, el “retraso tanto en asistencia como en investigación” es notable.
Un reto “aspiracional” que, según Isabel Orbe, pasa por incrementar la supervivencia en “aquellos que tienen una tasa baja” porque a pesar de que pasar de una tasa del 80% al 81% es “estupendo y no hay que dejar de hacerlo”, es “en aquellos cánceres que tienen supervivencias muy bajas donde pequeños saltos absolutos tienen un importante salto relativo”, sentencia.
Pero la única vía para poder llegar a esa tasa de supervivencia e incluso superarla es la investigación: “Solo con ella conseguiremos mejorar la vida de las personas y en el fondo, salvarles la vida”, concluye Orbe.
No invisibilizar ningún cáncer
Si hay algo verdaderamente importante es la visibilidad de estas enfermedades, según recalcan los expertos. Hacerlo influye mucho y ayuda a difundir la información existente sobre cada tipo de cáncer. “El azul oscuro es el color del lazo del cáncer colorrectal, ¿cuánta gente sabe eso? Muy poca y la que lo sabe padece o ha padecido la enfermedad o le ha tocado muy de cerca. Si preguntas por el color rosa, todo el mundo sabe que es el del cáncer de mama, que no está mal, solo es importante que la gente sepa que existen muchos más tipos de cáncer”, sentencia Manuel, paciente con cáncer colorrectal desde hace cuatro años.
Le diagnosticaron la enfermedad en una etapa regional, es decir, ya se había propagado a estructuras cercanas. Además, Manuel ignoraba la existencia de pruebas diagnósticas. Tras cuatro años de duros tratamientos, ahora sabe que, “de diagnosticarlo en una fase anterior, seguramente se habrían evitado o, al menos, suavizado”, confiesa a RTVE.es.
En España hay cinco tipos de cáncer con una mayor tasa de mortalidad: pulmón, colorrectal, mama, próstata y páncreas. No obstante, la realidad para muchos es que uno de ellos concentra la mayor parte del apoyo mediático, social y mercantil.
Algo que debe cambiar, ya que la no visibilización trae consigo el desconocimiento acerca de esos tipos de cánceres. Y ese desconocimiento impide una buena prevención que puede ser fundamental, tal y como explica Bernard Gaspar, presidente de la Asociación Española de Afectados de Cáncer de Pulmón.
Con información de RTVE de España